La plantilla del Extremadura UD comienza a descomponerse ante la falta de soluciones económicas en la entidad. Jugadores y técnicos retomaron este lunes los entrenamientos en la ciudad deportiva de Almendralejo para empezar a preparar el 2022 que el Extremadura iniciará con un primer partido en Irún el 8 de enero. ¿Tendrá jugadores suficientes para afrontar ese partido? Esa es la gran duda que ahora se cierne sobre el cuerpo técnico, que veía como eran varios los jugadores que se ausentaban del entrenamiento porque se marchan del club.

Este periódico puede confirmar que Rubén Mesa, Pastrana y Elías Pérez serán los primeros en acogerse a la carta de libertad que el presidente del club firmó a los jugadores si no llegaba el dinero. Rubén Mesa y Pastrana no aparecieron por la ciudad deportiva. El primero estaría muy cerca de recalar en el UCAM Murcia, mientras que el segundo tiene un pacto apalabrado con el Atlético Baleares. Ambos equipos del grupo II de Primera RFEF. Por su parte, Elías Pérez sí apareció en la ciudad deportiva, pero lo hizo vestido de calle y para despedirse de sus compañeros. Saltó al césped para saludar a los jugadores y terminó marchándose. Le espera el Nástic de Tarragona, con el que ya tiene pactadas las condiciones del fichaje. 

Además, dos jugadores no estuvieron presentes en el entrenamiento con permiso del club para recuperarse en sus casas. Uno de ellos es Sergio Gil, quien ya se habría despedido de sus amigos más íntimos en Almendralejo con la intención de no regresar si termina encontrando un equipo. Otro es Dani Toribio, que durante los últimos meses ha estado ejerciendo como uno de los capitanes, aunque siempre ha dejado clara su postura de ser franco en reclamar que el club cumpliera con su parte. 

Otros jugadores como Morcillo y Musa no estuvieron por problemas personales, mientras que hay tres jugadores que empezaron el entrenamiento al margen del grupo: Kike Márquez, Lolo González y Emmanuel. Los tres tienen intereses firmes de otros equipos y, si no hay soluciones de aquí a finales de semana, se marcharán también buscando otro futuro. 

Manuel desconoce si tendrá jugadores para poder hacer una convocatoria el 8 de enero ante el Real Unión de Irún. Su desesperación es palpable. Y tampoco puede exigir. Mientras, el club sigue esperando un dinero en forma de préstamo que alivie la situación y le permita soñar con una viabilidad que, a día de hoy, cada día parece más difícil de conseguir.