Parece que el culebrón Akito Mukai va llegando a su final y esta semana llegará definitivamente a Mérida, concretamente el jueves, para que el viernes pueda estar por primera vez a las órdenes del técnico, Juanma Barrero, en la sesión de entrenamientos.
El fichaje del futbolista japonés se fraguó el pasado verano y, de momento, solo ha tenido complicaciones. El primero fue descubrir que el jugador tenía contrato en vigor con el Terrassa, equipo del que procede y que pidió un traspaso de 25.000 euros, de los cuales, una parte desembolsó el propio delantero.
El segundo impedimento llegó con el visado, que tenía caducado, lo que le obligaba a volverse a su país, donde se ha estado entrenando todo este tiempo, en contacto con el preparador físico del equipo para llegar en el mejor estado de forma posible.
Desde ese momento, en el club, con Nacho Ramos a la cabeza, se ha estado trabajando para aligerar la burocracia lo máximo posible hasta esta semana, en la que se ha solventado todo, al menos sobre el papel.
La incógnita que se plantea ahora es saber el estado de forma en el que llega, aunque se confía en la profesionalidad del jugador, teniendo en cuenta el esfuerzo económico que ha hecho él mismo por vestir la camiseta del Mérida, pero, sin pretemporada, necesitará algunas semanas de adaptación para ir cogiendo el ritmo de sus compañeros.
Akito viene de ser un futbolista muy importante en el Terrassa enla Segunda Federación, donde la pasada temporada marcó nueve goles sin ser delantero centro, pues es un futbolista que suele aparecer en la línea de media punta, bien desde la banda o por detrás del propio delantero.
En cualquier caso, se confía en su aportación para un equipo que vive momentos de felicidad tras el triunfo ante el Pontevedra.
