Manuela Orantos, representante regional de la asociación Víctimas del Terrorismo, que en Extremadura aglutina a 36 familias, ve en la medalla "un bálsamo de afecto que empieza a redimirnos de tanto sufrimiento". Aunque dice que las instituciones han tenido "en el olvido" a las víctimas cree que "la sociedad no olvida los actos heroicos, y no existe mayor heroicidad que luchar por la paz".