El Ministerio de Fomento baraja tres posibles alternativas para el trazado de la futura autovía entre Badajoz y Granada, en el tramo entre la capital pacense y la localidad cordobesa de Espiel. El situado más al norte sería el menos costoso y el que más se aleja de la N-432, vía convencional que une ahora Badajoz y Granada. Este trazado aprovecharía la Autovía de Extremadura hasta Talavera la Real, para tomar ahí la Ex-300 que va hasta Almendralejo por Solana. En la capital de Tierra de Barros se utilizaría el trazado de la Autovía de la Plata para bajar hasta Villafranca de los Barros. Desde esta ciudad, el trazado toma dirección Ribera del Fresno, para ir en sentido este hasta Peraleda del Zaucejo y desde ahí encontrarse con la N-432 en Peñarroya, continuando hasta Espiel.

La alternativa centro utiliza el mismo corredor de la N-432, esto es, desde Badajoz a la Albuera y desde ahí a Zafra, Llerena, Azuaga, Granja, Peñarroya y Espiel.

La última opción es la que toma dirección sur desde Badajoz por la carretera de Olivenza, rodea por el sur Valverde de Leganés y toma dirección Almendral para ir hasta Zafra y seguir desde ahí la N-432.

Según apuntó el Ministerio de Fomento, en este momento se está realizando el correspondiente estudio informativo que debe determinar cuál de los tres corredores será el elegido. Una vez superado este trámite, el trazado se someterá al estudio de impacto ambiental. La falta de definición del trazado hace que Fomento aún no pueda concretar cuándo se iniciarán las obras. De hecho, los procedimientos previos ya van con retraso, puesto que en el presupuesto del pasado año se indicaba que el estudio informativo tenía que estar finalizado en ese ejercicio, pero todavía no está listo.

Lo que sí se sabe es que el tramo en cuestión (Badajoz-Espiel) tiene una longitud aproximada de 220 kilómetros, esto es, aproximadamente la mitad del total de la futura autovía. En cuanto al coste de esta parte la cifra que se maneja ronda los 900 millones de euros. Sin embargo, la inversión está condicionada a que los estudios de demanda marquen que esta vía tendría una intensidad circulatoria de 10.000 vehículos por día dentro de 20 años. Si las proyecciones no alcanzan esta cifra, se optaría por mejorar el trazado pero sin hacer la autovía, con lo que el coste sería de 500 millones.