En el año 2004 el Ministerio de Medio Ambiente incluyó a la Sierra de San Pedro como uno de los 46 parajes del territorio español que optaban a ser declarados Parque Nacional. Junto a él, del lado extremeño, aparecían también Monfragüe, Las Villuercas y la Sierra de Guadalupe. Cuatro años después, en torno a este espacio natural, considerado como uno de los más ricos y representativos de la fauna y flora mediterránea en España, se apagan esas esperanzas y germinan tres grandes proyectos de infraestructuras.

El martes la Junta de Extremadura informó de que la opción más viable para construir la autovía Ex-A4 es hacerla paralela a la actual carretera entre Cáceres y Badajoz, la Ex-100. Es decir, el trazado de doble carril atravesará de noreste a suroeste toda la sierra. La Junta justifica la obra por el interés geoestratégico y económico de tener conectadas, de forma directa y a través de una vía rápida, las dos capitales de provincia. Los grupos ecologistas, por su parte, rechazan en bloque el proyecto, al considerar que el tráfico que soporta la carretera actual es insuficiente --la media no llega a los 3.500 vehículos diarios; y son necesarios 8.000 para plantear una autovía-- y que tendrá un impacto muy negativo sobre el entorno.

A pesar de su interés medioambiental, la Sierra de San Pedro solo goza de figuras de protección menor. Desde 1998 es Zona Especial de Conservación y también ha sido declarada Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), ambas dentro de la normativa europea. Aspirar a más, según los ecologistas, "queda lejos".

Pero argumentos hay. Es el espacio natural más extenso de la región. Solo la ZEPA cuenta con 115.000 hectáreas, muy por encima de Monfragüe (17.000 hectáreas de Parque Nacional). En este territorio aparecen algunas de las áreas de bosque mediterráneo mejor conservadas del país y posee uno de los núcleo de población de águila imperial ibérica más importante del mundo --con 17 parejas de las aproximadamente 120 que quedan en todo el planeta-- teniendo en cuenta que es una especie declarada en peligro de extinción.

Además, entre riscos y dehesas, comparten espacio otras aves amenazadas, como la cigüeña negra (con unos 80 individuos) o el aguila real (seis parejas), y otras protegidas y de gran valor ornitológico como el alimoche, el águila culebrera, el milano real, el elanio azul, el buitre negro, el buitre leonado y el búho real.

Ultimo hábitat del lobo

Sierra de San Pedro también es un paraje simbólico. Allí se perdió la última población estable de lobo en Extremadura. Ocurrió en el año 1993. Un grupo de agentes forestales encontró muerta una hembra. Había sido atropellada en la carretera de Cáceres a Badajoz. El macho que la acompañaba huyó. Desde entonces se considera que este animal está extinguido en la región, "aunque puede haber algún individuo de paso", matiza Antonio Gentil, biólogo y director técnico de Adenex.

Pero si hay dos especies emblemáticas y que hoy dominan ese territorio son el ciervo y el jabalí. "La falta de depredadores naturales, tras la extinción del lobo, ha provocado una superpoblación de hervíboros", explica Gentil. La situación ha llegado hasta el extremo de tener que aprobar planes de emergencia cinegética para evitar que estas especies sigan creciendo y provoquen un daño irreversible al entorno de la ZEPA.

Hoy la caza constituye uno de los principales atractivos de las comarcas que forman la Sierra de San Pedro y, por tanto, uno de los motores económicos de la zona. El territorio está dividido en extensos latifundios, muchos de ellos cotos cinegéticos. "Nuestros habitantes viven del campo, trabajan en las grandes fincas de la zona y la caza es fundamental. De jueves a domingo esto es un hervidero de cazadores, con lo que eso supone para bares, restaurantes y hostelería", comenta Domingo Sánchez, alcalde de Puebla de Obando.

Otro pilar básico para la sostenibilidad económica de la zona, especialmente en el oeste, es el corcho. Y junto a él, el carbón. Al margen de la preponderancia de la encina, en las dehesas y laderas de la sierra se pueden encontrar extensas poblaciones de alcornoque. La extracción de su corteza es una actividad agrícola esencial en estas comarcas. "La sierra y la dehesa es nuestro principal sostén", subraya Domingo Sánchez.

Pero no solo encinares y alcornocales germinan en este paraje. Además, entre jaras y brezos, se pueden encontrar madroños, durillos, labiérnagos y majuelos. O incluso especies poco frecuentes en estas latitudes como los alisos, y cerca de los arroyos: sauces, fresnos y tamujos.

"Realmente es un paraje infravalorado", opina Marcelino Cardalliaguet, delegado de la sociedad ornitológica SEO/Birdlife en Extremadura. "Incluso pensamos que, con la declaración de Monfragüe como Parque Nacional, incrementaría su nivel de protección otorgándole la figura de Parque Natural, pero no ha sido así y esa catalogación ha sido para el Parque Internacional del Tajo", explica.

Los ecologistas sostienen que no ha habido voluntad política para incrementar la protección de la Sierra de San Pedro. "Quizás la Junta ya tenía proyectado construir estas infraestructuras en la zona y, un parque natural, dificultaría tanta obra", observan. Antonio Gentil va al grano: "Razonamientos técnicos para que sea Parque Nacional hay y sobran. Pero no interesa apostar por los espacios verdes, por la naturaleza, como estrategia de dinámica social y económica de la región".

Tres macroproyectos

Hoy, sobre el cielo de la Sierra de San Pedro vuelan grandes rapaces. Mañana también lo harán los aviones. El futuro aeropuerto de Cáceres estará hubicado junto a Aldea del Cano, en un estrecho margen de territorio entre la sierra y la ZEPA de los llanos de Cáceres que carece de protección. También el AVE afectará al paraje, ya que está previsto crear un túnel de casi un kilómetro para que el tren de alta velocidad entre Madrid y Lisboa supere la zona más septentrional de la sierra. Y la autovía Cáceres-Badajoz pondrá el colofón a la red de grandes infraestructuras en Extremadura que, en unos años --a partir del 2010--, rodearán este entorno natural que un día aspiró ante el Ministerio de Medio Ambiente a ser declarado Parque Nacional, "e incluso con mejor conservación que Monfragüe", dicen.