Los cazadores y empresarios de la caza esperan un nuevo acuerdo con la Administración sobre la retirada de los restos de monterías. El sector espera de ese nuevo encuentro previsto una flexibilización de la norma que comenzó a aplicarse en noviembre y que obliga a retirar todos los restos mediante un transporte especializado, al considerarlos contaminados por tuberculosis. La medida supone que desde que se inició la temporada de monterías, los empresarios de la caza no pueden hacer uso del sistema habitual para eliminar los llamados "subproductos" --las vísceras-- de los animales cazados: enterrándolos en cal una vez concluida la actividad y tras pasar el control veterinario, o bien acumulándolas en muladares en los que se alimentan las aves necrófagas. "Esperamos que sirvan para corregir algunos aspectos que consideramos bastante graves o perjudiciales", señala José María Gallardo, presidente de la Federación Extremeña de Caza. Para el sector, eso supone "dividir entre subproductos que están tuberculosos y los que no los están".

En los encuentros previos, los cazadores pidieron flexibilizar la norma para tratar únicamente como restos contaminados los que realmente lo estén y que por tanto las vísceras de los animales sanos se puedan seguir tratando como hasta ahora (es lo que indica la legislación europea). De hecho, tras el último encuentro amenazaron con acudir a Bruselas para pedir amparo ante una regulación que consideran "injusta".

NUEVOS MULADARES "Lo que pedimos es que la finca que tenga muladar, lo pueda usar, y que a la que no lo tenga se le permita habilitar uno portátil para echar los restos no contaminados", señala Gallardo, que apunta a estudios científicos que avalan la efectividad de estos espacios para la alimentación de las aves necrófagas (tienen una de las tasas reproductivas más bajas de toda España en la región). "Y que aquellos restos que están contaminados se eliminen como ahora, por un transporte especializado", insiste.

Precisamente la Junta aprobó hace poco más de un mes la creación de nuevos muladares para acumular restos de animales como alimento de las aves carroñerras. Desde la caza lamentan que no se aprovechen los restos de las piezas de las monterías por un control estricto que no discrimina entre restos sanos e infectados. Por su parte, desde la consejería de Medio Ambiente, insisten en que "los restos procedentes de monterías pueden estar afectados por enfermedades infecciosas, especialmente en zonas de alta incidencia de tuberculosis, lo que representa un importante riesgo sanitario para nuestras cabañas ganaderas".