«El problema es que a los empresarios no les interesa tener una contratación en condiciones. En el convenio del campo existe una figura que es el fijo discontinuo, que te asegura poder contar con trabajadores para tus campañas, pero no se aplica. Por otra parte, en la vendimia está establecido el jornal de 6 horas y media a 42,53 euros, y hay 15 minutos para el bocadillo. Pero en el 90% de los casos no se cumple, sobre todo con los extranjeros. Sí es cierto que hay falta de mano de obra, pero porque en estos años ha habido un abuso por parte de las patronales», expresa Jesús Martín Cabeza, de la Federación Agroalimentaria de CCOO Extremadura. Sus argumentos son la respuesta a la crítica de esta semana de la organización agraria La Unión, que aseguraba que los empresarios tienen problemas para encontrar trabajadores para la vendimia y que el 90% de los recolectores son rumanos y magrebíes, «a pesar del número de parados extremeños».

Desde UGT, Miguel Talavera, secretario general de la Federación de Industria, Construcción y Agro, subraya: «Hay 60.000 trabajadores en el sector (muchos dejaron el campo para entrar en la construcción pero tras la crisis volvieron), de manera que existe mano de obra extremeña suficiente; otra cosa es que esa mano de obra se quiera usar de diferentes maneras, como alargando jornadas, entonces los trabajadores dicen que no...».

A las manifestaciones de La Unión también ha respondido Campamento Dignidad: «Hay trabajadores que no se resignan a aceptar una sobreexplotación laboral». «La Unión da a entender que los obreros agrícolas extremeños no están interesados en ocuparse en la vendimia o en las diferentes faenas agrícolas, una cuestión que no se corresponde con la realidad. Solo hay que darse una vuelta por los pueblos de Tierra de Barros para comprobar la disposición», indican. Y añaden desde este colectivo social: «Otra cosa bien diferente es que los salarios, las horas de trabajo, los destajos, los desplazamientos, los tiempos de bocadillo y otras condiciones laborales determinen que se nieguen a aceptar la falta de dignidad». R.S.R.