Las quejas que ha tramitado el Defensor del Pueblo en 2018 procedentes de Extremadura, un total de 327, han caído a la mitad respecto al ejercicio anterior, según el informe anual, que advierte de las reiteradas incidencias en el servicio ferroviario extremeño, algunas de ellas «de gravedad».

El defensor en funciones, Francisco Fernández Marugán, entregó ayer su Informe Anual 2018 a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, y posteriormente lo hará al presidente del Senado, Manuel Cruz. La memoria estudió, en el conjunto de España, 16.998 quejas, 372 investigaciones de oficio y 327 solicitudes de interposición de recurso de inconstitucionalidad.

De Extremadura abordó, además de 327 quejas, 20 solicitudes de interposición de recurso de inconstitucionalidad, por cero del ejercicio 2017. A ello se unen, además, seis expedientes de oficio ante la Administración regional, uno concluido con actuación correcta y otro en suspenso. También ha tramitado 22 expedientes de queja individual, 14 ya concluidos. Cinco de ellos con actuación correcta por parte de la Junta de Extremadura, cinco subsanados y cuatro con otro tipo de finalización.

El informe menciona en varios apartados el problema del ferrocarril extremeño, con varias actuaciones por parte de esta institución, incluso de oficio, ya que las «reiteradas incidencias» en 2018, se suman las ocurridas en los primeros días de este año.

«La acumulación de incidencias notables, algunas incluso de indiscutible gravedad, han llevado a esta institución a pedir a Renfe información sobre los hechos, sus causas, efectos y sobre los remedios inmediatamente puestos en práctica para atender los problemas», señala. El defensor también se ha interesado por el estado del servicio en Extremadura y aledaños (España-Portugal), en particular sobre el proceso de implantación de soluciones a que se refirió Renfe en octubre de 2018, cuando ofreció información a esta institución sobre los planes de acción previstos, «tan necesarios aunque de dudosa suficiencia».

El informe, que no detalla las quejas en concreto por el ferrocarril, señala que las causas de este cúmulo de problemas viene determinado por la antigüedad de las vías, que en muchos tramos tienen traviesas del siglo XIX, y la carencia de vías de doble sentido, lo que condiciona significativamente el paso de trenes. Además, precisa que la red está sin electrificar.