La andadura de la Sareb en España comenzó en el año 2013 cuando se quedó con más de 200.000 activos de nueve cajas de ahorros del país, de los que el 80% eran financieros y el 20% restante inmobiliarios. El objetivo de esta sociedad era desinvertir en ellos, esto es, deshacerse de esos activos y conseguir liquidez para cancelar la deuda y contribuir a la recuperación de la economía española. Pero el ‘banco malo’, como se le conoce, no es un banco en realidad. Se usa esa denominación porque en países como Alemania, Irlanda, Suecia o Estados Unidos se llamaba ‘bad bank’ a las sociedades de liquidación similares encargadas de gestionar los activos más problemáticos de la banca.