La Academia Nacional de la Televisión en Estados Unidos (NATAS) acaba de concederle el segundo Emmy al mejor presentador de Noticias por su labor al frente de la cadena NBCUniversal Telemundo. Natural de Mérida, es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Llegó a la capital de España becado por el Gobierno de Extremadura, al obtener Matrícula de Honor en sus estudios de COU. Completó su formación en Boston (Massachusetts, EEUU), ampliando sus conocimientos en periodismo e inglés. Ahora, desde Las Vegas, AntonioTexeira vuelve a brillar sin olvidar su paso por el diario El Mundo, la tele pública extremeña o El Periódico Extremadura. En esta entrevista asegura que con la pandemia se ha hecho un periodismo excelente.

-¿Qué se siente al recibir un segundo Emmy?

-En mi caso, varias emociones. Una satisfacción muy grande porque te consolida en este mercado tan competitivo como es el periodismo estadounidense; un mayor compromiso ya que la Academia de la Televisión te señala públicamente dos veces en tres años como el mejor presentador de noticias… Y mucho respeto. Un Emmy significa la excelencia en el trabajo. Es uno de los mayores galardones que puede recibir un presentador de Informativos en este país.

-¿Cómo es hacer periodismo en América?

-Son cuestiones diferentes a España o Europa. Afortunadamente he ejercido el oficio a ambos lados del Atlántico y detecto desde dentro la dinámica de trabajo o la forma de sacarlo al aire. Confieso que al principio no fue fácil, pero una vez que te acostumbras sale de ti lo mejor como profesional. Por dar alguna clave. Hace tiempo que no tenemos un informativo sin varias noticias de última hora. Eso hace saltar por los aires la escaleta y estás obligado a improvisar con una precisión absoluta… Bien sea una declaración política y la traduces simultáneamente al aire o un suceso que describes mientras está pasando. Gracias a la gigantesca corporación audiovisual para la que trabajo, que tiene centros territoriales con helicópteros por todo el país, cuentas con una perspectiva aérea del lugar de la noticia a la vez que interviene la policía, FBI, bomberos… Y ahí cabe una persecución, un tiroteo, un atrincheramiento…

-¿Cómo ha vivido el covid-19?

-En lo laboral, muy tranquilo porque la tele ha tomado todas las precauciones habidas y por haber desde principios de marzo. La inmensa mayoría de los compañeros trabajan desde casa y se desplegó en una semana una nueva infraestructura para que todo salga rodado. Y luego hay una minúscula parte que tienen que acudir. Ahí estoy yo porque tengo que estar en el plató. En cuanto a la vida social aplazada a cuando se pueda. Y lo mantengo desde la capital mundial del entretenimiento. Antes de la pandemia había unos 200 espectáculos al día. He acudido a más eventos en estos últimos tres años y medio aquí que en toda mi vida. Pero ahora debemos ser responsables con uno mismo y solidarios con el prójimo. La vida de todos está en juego.

-¿Se ha hecho mejor periodismo con el coronavirus?

-Ha habido muchísimas cosas que han cambiado con la pandemia. Hemos sufrido una infinidad de modificaciones en nuestra forma de vivir y trabajar… Pero hay otras que siguen igual. Hablo del periodismo en EEUU. Por trazar una línea general, considero que se está haciendo un trabajo excelente. Tanto es así que hace unas semanas sentí la necesidad de gritar a los cuatro vientos lo orgulloso que estaba de la tarea que estábamos realizando. Y subí esa reflexión a Instagram y Linkedin.

-¿Es fácil encontrar productos extremeños en los supermercados americanos?

-Una de las grandes alegrías que me he llevado en Estados Unidos ha sido cuando acudí por primera vez al mercado España en Nueva York y vi en la entrada el mapa donde destacan un producto y su procedencia. ¡Y salía el jamón en nuestra querida Extremadura! Sinceramente, mis maletas van a España solo con regalos. Nada de ropa, que ya tengo en Mérida bastante. Y esas maletas vuelven cargadísimas de productos extremeños. Actualmente me queda poco aceite, algo de queso y un bote de pimentón. Pero en dos semanas paso mis vacaciones en Mérida y cargo las alforjas.

-¿Y qué es lo que más echa de menos de Extremadura?

-Mi familia. Mis padres, mis hermanos, mis sobrinos… Hacemos un par de videollamadas al día como mínimo. Son mis espectadores más fieles. Mis padres se levantan temprano cada día para verme por satélite en el informativo de la noche. Son los extremeños mejor informados de lo que ocurre en Estados Unidos… Echo muchísimo de menos a mi pastora alemana Palma, que está cuidada como una reina por todos en casa. Especialmente a mi hermano José. Y luego, a mis dos sobrinos que le dan de comer a escondidas…

-¿Realmente existe el sueño americano?

-Es el ideal que promueve el mercado laboral estadounidense para prosperar en la vida y en mi caso por supuesto que existe y se cumple. En mi empresa, NBCUniversal, existe igualdad de condiciones para todo aquel que, de dentro o fuera, aspire a una plaza vacante. Si no, no estaría aquí. Yo estoy viviendo el sueño americano-extremeño. De las mayores satisfacciones que siento está en que, gracias a mi vida y trabajo aquí, la mayoría de mi familia ha conocido Estados Unidos de una manera inolvidable. Así, mis padres se han divertido ya en dos ceremonias de los Emmys conmigo; mis hermanos han recorrido con mucha emoción los estudios de cine de Universal en Hollywood y mis sobrinos Alejandro y Jairo iban a disfrutar este año de una de las mayores aventuras de su vida en EEUU. Debido al virus no ha sido posible, pero me comprometo a hacerlo realidad en cuanto se pueda. Por el momento, la siguiente reunión de los Texeira será bajo una encina extremeña con flamenco, queso, vino y jamón en dos semanas.