Cuando tenía 18 años, Juan Pedro Pérez se apuntó por primera vez a donar sangre en su pueblo, Monroy. Han pasado más de cuatro décadas desde ese día y un centenar de donaciones que le convierten en uno de los pocos que tienen el reconocimiento de ‘Gran Donante’ (una distinción que entrega la Hermandad de Donantes de Sangre cuando se realizan 75 aportaciones) y en uno de los 31.936 donantes activos que con su contribución mantienen a Extremadura desde hace siete años en a la cabeza en solidaridad, con la mayor tasa de donantes por habitante de España: 45,99 donaciones por cada 1.000 habitantes. «Es un orgullo ser partícipe, principalmente porque lo que significa esa posición es que aquí no va a faltar sangre cuando se necesite y eso va a facilitar la vida a mucha gente», dice este conductor de autobuses urbanos en Cáceres que lleva la donación por bandera: «voy cada tres o cuatro meses (no está permitido donar más de 4 veces por año) e intento convencer a toda la gente que veo para que done. Muchos no son conscientes de lo que significa este gesto, de lo importante que es». 

Pero la donación de sangre tiene límites en Extremadura y a los 65 años deben ‘jubilarse’, lo que empieza a plantear ya la necesidad de abordar el relevo generacional en la bolsa de donantes activos, con el fin de garantizar en el futuro las cifras que convierten a Extremadura en una referencia en todo el país.  

El Banco de Sangre recibió 49.115 donaciones en el 2020, de las que el 90,7% fueron en colectas

Durante el 2020, en plena pandemia, Extremadura sumó 4.934 donantes nuevos y registró 49.115 donaciones entre las colectas que se llevaron a cabo en los hospitales de la región (4.553) y las que recorrieron toda la región para garantizar las reservas de sangre que se precisan diariamente para realizar intervenciones quirúrgicas o tratar a pacientes oncológicos, principalmente. 

Al alza a pesar del covid

«Son cifras muy buenas, no solo por el número, sino porque los hospitales tuvieron sangre cuando lo necesitaron», razona la directora Banco Regional de Sangre y Tejidos de Extremadura, Esperanza Fernández. También hubo plasma cuando se inició la recogida entre las personas que habían superado el covid-19 para tratar a otros enfermos. Extremadura alcanzó en el 2020, a pasar de las limitaciones, la tasa de 45,99 donantes por cada 1.000 habitantes, lideró por séptimo año consecutivo este ranking y rebasó casi en un punto y medio (+1,39) la tasa del año anterior; lo que además le convirtió en la una de las dos únicas regiones que en el año de la pandemia consiguieron mejorar la tasa de donaciones y la que lo hizo de forma más abultada. La otra fue La Rioja (+1,14). Eso sí, los mayores siguen siendo los más solidarios y en las donaciones que se llevaron a cabo el año pasado, casi el 40% correspondieron al tramo de edad entre 46 y 65 años, mientras que solo el 24% las realizaron en la franja de edad más joven, entre 18 y 30 años. 

Mapa de la tasa de donantes del 2020 EL PERIÓDICO

«Estamos muy bien, pero es cierto que tenemos que insistir en que necesitamos donantes nuevos para mantener estas cifras. Necesitamos implicar a los jóvenes», recuerda Fernández. De hecho el lema de la campaña de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Día del Donante que se conmemoró el pasado 14 de junio (‘Dona sangre para que el mundo siga latiendo’) destaca especialmente la contribución esencial de los donantes de sangre para salvar vidas y mejorar la salud de los demás y se centra especialmente en el papel de los jóvenes para garantizar el suministro de sangre.  

Continuo

En esa labor permanente las Hermandades de Donantes de Sangre llevan más de medio siglo de vida recorriendo Extremadura y concienciando sobre la importancia de donar sangre. «Yo, que he visto cómo hace muchos años la sangre se compraba y se vendía, siempre pondré en valor el gesto que hace el donante al poner el brazo, porque con eso está salvando tres vidas», reivindica el presidente de la Federación Extremeña de Hermandades de Donantes de Sangre, Jesús Domínguez Cuesta, que recuerda las dificultades del último año. «Las ocho hermandades y los 400 voluntarios que hay han trabajado sin descanso las 24 horas para que no faltara sangre en un quirófano o para un paciente oncológico, y hay que reconocer que el 99% de los ayuntamientos se han portado muy bien. Ahora lo vemos muy fácil, pero cuando todo el mundo estaba encerrado en casa, aquí no paró nadie porque no olvidemos que la sangre es un producto perecedero y que no se puede fabricar en ningún laboratorio. No podíamos parar para seguir salvando vidas», recuerda Cuesta. 

Juan Pedro Pérez, con sus insignias como Gran Donante SILVIA S. F.

«Dono desde hace más de 40 años y trato de movilizar a la gente, porque muchos no son conscientes de lo importante que es ese gesto»

Juan Pedro Pérez - HA DONADO SANGRE EN 100 OCASIONES

Cuando se extrae la sangre se separa en sus componentes esenciales: hematíes y plaquetas. El principal problema está con el concentrado de plaquetas, que se puede conservar únicamente durante 5 días (el de hematíes puede llegar a 30), por lo que «no vale con recoger mucha sangre un mes y bajar el ritmo al siguiente, hay que mantener una actividad continua», razona la responsable del Banco de Sangre.

Precisamente la época estival que se inicia ahora es una de las más complicadas y se cierra tradicionalmente con una caída en las donaciones, que obliga a intensificar las colectas y a redoblar los esfuerzos para convocar a los donantes inscritos a participar. «Las hermandades de donantes de sangre ponen su granito de arena a esta labor y, aunque nos podremos conformar con algo menos porque la actividad quirúrgica suele caer en verano, estaremos pendientes para equilibrarlo si hace falta», indican desde el Banco de Sangre. 

«No estamos mal, pero necesitamos una buena cantera»

Esperanza Fernández. EL PERIÓDICO

Esperanza Fernández

Dirige el Banco de Sangre y Tejidos de Extremadura

--Hace siete años ya que Extremadura lidera la tasa de donantes de sangre. Entiendo que el balance solo puede ser positivo. 

Por cada 1.000 habitantes de Extremadura casi 46 son donantes de sangre y eso supone que somos los primeros con mucha diferencia. Nos sigue Castilla y León que está en 42 y el resto de comunidades están en la treintena. Nuestros donantes están a la cabeza del altruismo y la solidaridad.

--¿Cuál es el secreto? Porque el altruismo es importante, pero hay que organizarlo también.

En el Banco de Sangre nos ocupamos de la distribución de sangre a toda la comunidad, tanto a centros públicos como privados y necesitamos que nos ingresen diariamente entre 150 y 180 bolsas de sangre. Todos los días sale esa sangre de aquí y hay que reponer para mantener las reservas.

--Imagino que el año pasado fue complicado llevar adelante las colectas ¿Hubo algún momento crítico?

Hubo momentos críticos en cuanto a que hubo muchas dificultades para hacer las colectas. Pero se recogieron más bolsas de sangre que en el 2019 y eso significa que la respuesta fue espectacular, tanto de los donantes como del personal del banco que cada día salía a contactar con mucha gente para recoger sangre.  

--Ahora que estamos en pleno proceso de vacunación muchas personas tienen la duda de si pueden donar tras vacunarse.

Claro que se puede. Con las vacunas que tenemos disponibles en España cualquiera puede donar sangre aunque te hayas vacunado ayer, porque no es una vacuna de virus vivo que pueda pasar a la sangre y, transfundido a un paciente, le pueda causar un efecto secundario importante. Otra cosa es que te encuentres mal o con fiebre. Pero insisto, todas las vacunas que se están poniendo en España son aptas para que la persona vacunada done si se encuentra bien. 

¿Y puede donar plasma alguien que ha pasado la enfermedad y luego se ha vacunado?

Sí puede en ese caso. Lo que no se puede aún es donar plasma la persona que está vacunada pero no ha pasado la enfermedad. Aún no está homologado ese proceso y eso supone que no se pueden coger los anticuerpos que se generan con la vacuna para obtener plasma de convaleciente y transfundirlo a un enfermo de covid como tratamiento. Seguro que en un futuro será posible, pero de momento la legislación, que suele ir por detrás de los hechos, no lo permite. 

¿Está garantizado el relevo generacional para que Extremadura mantenga sus tasas de donantes?

La campaña de la OMS en el día del donante que acabamos de celebrar ha ido dirigida a la captación de jóvenes como donantes. Es cierto que el grupo de donantes que hay ahora mismo van a ir poco a poco dejándolo. Son mayores y algunos enferman, o empiezan a tomar medicación y tienen que dejar de donar. Es muy importante tener una buena cantera y que se vayan sumando a las donaciones de sangre porque esa es la única manera de asegurar las necesidades de los hospitales. La sangre no se puede hacer en un laboratorio como un medicamento. No tenemos mal número, pero hay que invitar a los jóvenes a ser solidarios con la donación de sangre. 

1.000 bolsas de plasma están almacenadas para covid

El año pasado a las campañas de donación de sangre se unieron los llamamientos para donar también plasma en el caso de las personas que habían superado el covid-19, después de que se acreditara su uso como un tratamiento efectivo en alguno de los casos más graves de la enfermedad. Desde el inicio d la pandemia se han transfundido en Extremadura más de 1.000 bolsas de plasma de convalecientes. «Es una buena cantidad, teniendo en cuenta que esto nos pilló desprevenidos a todos y hubo que afrontar cambios y traer equipos para poder extraer ese plasma», recuerda la directora del Banco de Sangre de Extremadura, Esperanza Fernández. Las colectas se han mantenido hasta este mes de junio y se acaban de paralizar: «tenemos unas buenas reservas y, teniendo en cuenta que las necesidades han caído mucho, hemos optado por parar», explica la directora. «Lo que tenemos acumulado ahora nos permitiría reaccionar si la pandemia nos pone de nuevo entre la espada y la pared, aunque esperemos que no», subraya. El plasma se puede conservar durante dos años.