Una ilusión desde niñas. Cuando les preguntaban qué querían ser de mayor siempre lo tuvieron claro: futbolistas. No pensaban que en el camino se iban a encontrar tantas piedras. Selene Alegre Fragoso y Eva Mª López Aguilera representan a un colectivo muy marcado por la brecha de género: el fútbol femenino. «No solo es un problema salarial, sino de visibilidad», reivindican.

La primera es de Cáceres. Juega al fútbol desde que tiene 8 años. «Empecé en las actividades extraescolares del Diocesano, mi colegio, en un equipo mixto. Cuando tenía 12 años se creó uno únicamente femenino. Después, con 14 empecé en el Femenino Cáceres. Las chicas no podíamos jugar más tiempo con los chicos y decidieron hacer un club. Hasta el año pasado estuve ahí», relata Selene Alegre. El equipo ascendió a la Liga Reto Iberdrola --segunda división femenina-- y compartió categoría con Eva, que estaba en el Santa Teresa C.D.

Ahora tiene 27 años y está jugando en el Club Deportivo Badajoz Femenino, en Primera Nacional. Con 14 años entrenó con la Selección Española. «Me llamaron para entrenar con la sub-15. Al año siguiente me convocaron con la Selección Extremeña, en la que estuve hasta los 18», cuenta Alegre. «El posterior crearon la Selección de Fútbol Playa absoluta y las extremeñas quedamos campeonas de España. A raíz de ahí, me convocaron con la Selección Española de Fútbol Playa y fuimos campeonas de Europa», recuerda. 

Con el paso del tiempo supo que tendría que compaginar su pasión con otro empleo. «Esto no suele pasar en las mismas categorías masculinas. De niña quieres ser futbolista, pero terminas dándote cuenta de que necesitas otro trabajo», apunta.

Entretanto, Selene también tuvo tiempo para «hincar los codos». «Estudié Educación Infantil en Cáceres. Oposité y ahora doy clases particulares. Dentro de poco espero poder abrir una academia», explica. Durante el verano aprovecha para trabajar en la hostelería. «Intento sacar ahorros para poder compaginar mi trabajo actual con el fútbol», desvela. «Es la única manera que tengo de disfrutar de mi pasión», añade.

Lo mismo opina la pacense Eva López. Tiene 22 años y asegura que desde los 5 no suelta el balón. «El fútbol me encanta desde pequeña. Pero siempre supe que no podía ser mi única ocupación. Estudié para ser higienista bucodental y ahora estudio también el grado de Enfermería en la Universidad de Extremadura», cuenta. 

López comparte vestuario con Selene. Es la portera del Badajoz Femenino. La temporada pasada estuvo en el Santa Teresa Club Deportivo y, al igual que la cacereña, también ha pasado por la Selección Extremeña y de fútbol playa.  

Eva López (de rosa) en el campo de fútbol. CEDIDA

La millonaria brecha salarial

¿Cuántos parones laborales tendrían que hacer las futbolistas para equiparar sus sueldos al de ellos? Un hito histórico que parecía marcar un antes y un después en el fútbol llegaba esta temporada 2021/2022 con el reconocimiento de la primera división femenina como liga profesional. ¿Es la realidad? «No. ¿Para qué se hizo eso si se sigue cobrando lo mismo en una liga profesional que en una que no lo es? Debería ser obligatorio regular la situación. La máxima categoría femenina (Primera Iberdrola) ahora tiene un mínimo de 1.000 euros. Nada que ver con los millones que pueden llegar a cobrar ellos. La brecha es millonaria», recalca. «A día de hoy es imposible que una chica se dedique solo al fútbol», lamenta Selene.

«Parece que eso solo se aprobó para que las que lucharon se callaran», reclama Eva. «Ellas --refiriéndose a las de categorías superiores-- realizan el mismo sacrificio que ellos. Podrían al menos tener los mismos derechos», sostiene. «Creo que solo algunas jugadoras de los grandes clubes pueden decir que viven solo del fútbol. Para las demás es imposible», recalca. 

Aún así ambas destacan que el problema no recae solo en el salario. «Somos invisibles», coinciden.

Las dos tildan esta desigualdad como un reflejo de la sociedad actual. «El dinero es solo una parte de la brecha, pero la falta de visibilidad es en todo. ¿Por qué no se emiten partidos en televisión?», acuña Selene. «¿Por qué los patrocinadores no nos dan el mismo apoyo», se queja Eva. Estas extremeñas secundan la huelga y aclaran que su apoyo no cesará hasta conseguirlo. «La lucha ya no es por dinero es por nuestros derechos», zanjan. 

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