A Pablo Sierra, estudiante de Matemáticas de 21 años, se le perdió la pista pasadas las dos de la madrugada del 3 de diciembre al salir de un bar de la calle Arco-Agüero de Badajoz, cuando se disponía coger un taxi para volver a la residencia universitaria Rucab, donde residía con su hermano mellizo, que cursa Medicina. Fue este último el que se percató de su ausencia al día siguiente, al ver que no estaba en su habitación. No respondía a su teléfono móvil, pese a las insistentes llamadas. Finalmente alguien descolgó el terminal sobre las 20.30 horas, pero no era Pablo, sino un militar que paseaba a su perro por la zona de El Pico, que alertado por el sonido y la luz del aparato, tirado en un terraplén, decidió responder. Facilitó la ubicación y comenzó la búsqueda de Pablo, cuyo cadáver apareció ayer en el Guadiana, a pocos metros de ese lugar.

Por agua, por tierra y desde el cielo. Durante dos días, medio centenar de efectivos de la Policía Nacional, al frente de la investigación, bomberos del parque municipal, del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (Geas) de la Guardia Civil, junto con voluntarios de Cruz Roja y Protección Civil peinaron el tramo urbano del Guadiana, desde el azud de La Granadilla hasta el puente de la A-5. Ni rastro de Pablo. El Pico fue desde el principio la zona clave y desde allí se coordinó el dispositivo, que se reforzó con un helicóptero y drones. Las batidas en el río concluyeron sin éxito y la búsqueda se amplió a los alrededores de Los Colorines, Suerte de Saavedra y la barriada de Tulio. Tampoco hubo resultados, como ocurrió cuando se revisó el entorno de la Rucab.

pablo sierra gráfico

Mientras, los investigadores tomaban declaración a posibles testigos y personas que pudieran haber visto al joven para tratar de obtener indicios de su paradero. La Policía Nacional ha visualizado decenas de horas de grabaciones de cámaras de vigilancia de la zona centro y del resto de la ciudad, han investigado el teléfono móvil del chico y las conexiones de otros terminales para encajar las piezas del puzzle de la misteriosa desaparición.

Todas las pistas llevaban al punto de inicio: al río. Por eso, este pasado martes, ya con los buzos del Grupo Especial de Operaciones (GEO) y los perros adiestrados en búsqueda de personas y restos cadavéricos de la Unidad de Guías Caninos e Madrid, se reanudó la búsqueda de Pablo Sierra en el entorno de El Pico. De manera minuciosa, inspeccionando palmo a palmo las orillas, removiendo la vegetación, rastreando el cauce... El Guadiana no arrojaba indicios, pero la policía confiaba en acabar con 15 días de incertidumbre. El cuarto día del operativo se confirmó lo que los investigadores sospechaban: el río devolvió el cuerpo de Pablo.  

La delegada del Gobierno, Yolanda García Seco, quiso poner en valor la labor llevada a cabo durante estos 15 días por todos los efectivos que han participado en los distintos operativos y en especial la de la Policía Nacional: «Se han movilizado los mejores recursos y medios disponibles y en momentos duros como estos podemos sentirnos orgullosos de contar con una policía de primer nivel», dijo.