Ayer lunes entró en vigor la Estrategia de Vigilancia y Control frente a la covid-19 tras la fase aguda de la pandemia, publicada por el Ministerio de Sanidad el pasado miércoles, en el que se establecen nuevas medidas para afrontar la fase de normalización. La prioridad es proteger a las personas vulnerables y limitar su exposición a la enfermedad.

La realización de PCR y pruebas de antígenos (realizados en el ámbito sanitario) queda limitada únicamente a personas de riesgo o que se encuentren en entornos vulnerables. Incluso, se les realizará la prueba aunque tengan síntomas leves. En concreto, a los casos sospechosos de grupos vulnerables (mayores de 60 años, embarazadas e inmunodeprimidos), casos sospechosos de personas que tengan relación con estos grupos en su vida diaria (como los trabajadores de centros sanitarios o residencias de mayores) y a todos aquellos que hayan visitado recientemente una región en la que esté circulando una cepa preocupante.

Al resto de la ciudadanía, no se le realizará una prueba diagnóstica de covid en los centros de salud con síntomas leves. De todas formas, el personal sanitario podrá realizarla bajo criterio clínico. Además, las personas asintomáticas o con síntomas leves infectadas de coronavirus no están obligadas a guardar cuarentena ni realizarse pruebas, tal y como confirmó el vicepresidente segundo de la Junta de Extremadura y consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, la semana pasada.