La lucha por frenar el acoso y el odio en las aulas educativas continúa sin descanso. Durante el curso pasado, se registraron en Extremadura un total de 46 denuncias por acoso escolar, lo que supone una caída de un 62% respecto al curso 2018-2019 (2020 no se ha tomado como referencia debido a las distorsiones del confinamiento).

La conflictividad aumenta, con más de 6.600 casos de conductas «muy graves» contrarias a las normas de convivencia, como se manifestó hace dos semanas en el Pleno del Observatorio de la Convivencia Escolar de Extremadura. Se analizó el informe sobre convivencia escolar del curso pasado elaborado por la Inspección General de Educación y Evaluación, el cual, señala que cerca del 70% de estas conductas se producen en las aulas y casi un 13% en el recreo.

El 'bullying' genera consecuencias que pueden deteriorar la salud mental a largo plazo, por ello, es necesario visibilizarlas y alertar de sus efectos. Javier Alonso de la Torre, psicólogo del Servicio Extremeño de Salud, señala la indefensión aprendida como principal problema: «con una cierta frecuencia, la víctima recibe el silencio como respuesta en los colegios, incluso los propios padres intentan quitarle hierro al asunto, lo que hace que crea que no vale la pena reaccionar y aprenda a ser indefenso ante la situación». Esto causa una falta de control sobre su ambiente y sobre las circunstancias que le rodean, por lo que sienten que son incapaces de cambiar algo.

Por consiguiente, con el paso de los años, puede que no se atrevan a tomar iniciativas ni a enfrentarse a situaciones sociales nuevas, también por temor a volver a ser objeto de acoso. Además de derivaciones como bajadas de autoestima, sentimiento de inferioridad y trastornos depresivos y ansiedad.

«Lo primero que hay que hacer ante el ‘bullying’ es pararlo y esto se hace en el propio centro escolar, no en la consulta. Cuando la víctima experimenta consecuencias emocionales o conductuales entonces sí hay que acudir a la consulta», comenta.

Aparte de reaccionar a tiempo y detener el acoso, De la Torre añade que hay que ayudar a que la víctima recupere la confianza en la autoridad: «el objetivo es que sea consciente de que no está indefenso, que tiene a quién acudir y quién le defienda». A su vez, el papel del psicólogo es necesario rebajar el sentimiento de culpabilidad y hacerle ver que el único responsable es el agresor.

El 'bullying' al profesorado existe

El 'bullying' no solo adopta diversas formas, también afecta a distintos objetivos. Un 32% de las conductas contrarias a las normas de convivencia proceden de actuaciones incorrectas hacia algún miembro de la comunidad educativa, con 15.555 casos tan solo en secundaria.

El vicepresidente del Sindicato del Profesorado Extremeño (PIDE), Alfredo Aranda, conoce tres casos de 'bullying' de alumnos a profesores en lo que va de año en la región. Afirma que está «ciertamente normalizado» que un profesor no pueda ejercer su trabajo sin un alumno interrumpiendo o faltando el respeto continuamente, lo que puede provocarle ansiedad por perder el control de la clase.

«Igual que nadie puede agredir a un policía porque habría un problema, ¿por qué no se tiene el mismo problema cuando se agrede o insulta a un profesor?». Aranda resalta la necesidad de considerar al docente como la autoridad pública que es: «queremos que esta condición sea totalmente efectiva». El objetivo es conseguir que se lleven a cabo los castigos pertinentes y se solucione la situación lo antes posible.

Algo en lo que la presidenta de CSIF Extremadura, Mercedes Barrado, está de acuerdo. Señala la posibilidad de que el alumno más vulnerable que sufra acoso, al ver las consecuencias que derivan de los actos irrespetuosos hacia un profesor, pueda atreverse a denunciar también. «Lo que de verdad nos preocupa son aquellas agresiones que no se recogen porque se producen fuera del aula, en el baño, o no se dicen por miedo», afirma.

Hay ocasiones en las que no se toman las medidas necesarias o el castigo no es equiparable al nivel del daño, lo que manda un mensaje erróneo al resto de la clase y genera posibilidades de que se acentúe la conflictividad. En el sindicato cuentan con el servicio de asistencia 'Ayuda Profes' para respaldar a los trabajadores en este tipo de situaciones. Además, se solicita un refuerzo de equipos de orientación y psicología en centros educativos y un registro de los casos de agresiones con el fin de realizar un seguimiento. El propósito final es reducir el 'bullying' en las aulas hacia cualquier miembro de la comunidad educativa.