Se aplicará con carácter retroactivo desde el 1 de enero de este año 2022 y afectará a los traspasos de dinero, inmuebles, empresas, acciones y el cobro de cantidades derivadas de seguros de vida, siempre que la persona contratante del seguro sea distinta del beneficiario. Habrá una bonificación del 99% en los traspasos entre padres, hijos y cónyuges siempre que la base imponible sea inferior a 300.000 euros, y del 50% hasta 600.000 euros. En ambos casos las cantidades se incrementarán en 150.000 euros si se trata de personas con discapacidad. Esas son las nuevas normas en Extremadura con respecto al Impuesto de Donaciones. Este lunes se publicó el nuevo decreto-ley con carácter urgente en el Diario Oficial de Extremadura (DOE) y ya está en vigor.

Habría que recordar que la región ya aplica bonificaciones en el Impuesto de Sucesiones, entre las que destaca la del 99% en herencias de padres a hijos. Sin embargo, el gobierno socialista suprimió en 2016 los beneficios que introdujo el PP en el Impuesto de Donaciones para evitar que los bienes se legasen en vida y así pagar menos que en una herencia.

Ahora, con el nuevo cambio, Extremadura pasará de liderar la presión fiscal a estar al mismo nivel que regiones como Madrid, Andalucía, Murcia, Castilla y León y La Rioja, ya con bonificaciones aplicadas del 99%.

El argumento de la Junta para este cambio se basa en la insistente petición de la Asociación Extremeña de la Empresa Familiar (AEEF), puesto que es una manera de poder tener dinero líquido y seguir adelante con los negocios. «Mejorará la liquidez, la competitividad y la capacidad de generación de empleo», en palabras de Miguel Ángel Leal, presidente de la AEEF.

No obstante, en Extremadura seguirá sin haber bonificaciones entre no familiares o entre parientes de menor rango como hermanos, primos o tíos y sobrinos, ámbitos sobre los que el resto de regiones ya están actuando: Murcia extendió el año pasado la bonificación del 99% a las transferencias entre hermanos, tíos y sobrinos; Madrid planea hacerlo en 2023 y Galicia también amplió en 2021 las reducciones, en el caso de las explotaciones agrarias, a los parientes por consanguinidad o afinidad (antes solo consanguinidad) hasta cuarto grado, lo que incluye a los primos y parientes más lejanos.

De momento, este cambio supondrá un impacto de dos millones en las arcas autonómicas.