La diócesis de Coria-Cáceres plantea entre las aportaciones y propuestas que lleva a la asamblea final del Sínodo que se celebra este sábado en Madrid que se abra el debate sobre el protagonismo de la mujer en la Iglesia, según explicó el sacerdote Miguel Ángel González, que ha sido uno de los encargados de coordinar y dinamizar la recogida de propuestas para conformar las iniciativas que la diócesis de Coria-Cáceres traslada a la asamblea. Las mismas salen de las consultas a dos mil personas de distintos colectivos, tanto de no creyentes como de miembros de la Iglesia. Lo que se pretende con esta propuesta planteada desde Cáceres es que se dialogue. A la misma se pueden haber sumado otras parecidas desde las otras diócesis del país. 

La aportación concreta que se hace desde Cáceres aparece en el punto once del documento de síntesis. En el mismo se indica de forma genérica que la Iglesia «debe tener en cuenta a toda la humanidad» y se concluye que «abrirse a la diversidad fortalecería a la Iglesia». En el desarrollo de este punto se precisa que «muchos plantean revisar el protagonismo de la mujer en la Iglesia teniendo en cuenta sus aportaciones, con accesos a cargos de responsabilidad y al Ministerio del Orden». A continuación se añade que entre estos planteamientos a debate también están «la ordenación de hombres casados, que los sacerdotes puedan formar una familia -que el celibato sea opcional-», y también se cita que «sería importante responder y acoger pastoralmente la situación de los creyentes con diferente identidad y orientación sexual; divorciados vueltos a casar, sacerdotes secularizados, distintos modelos de familia... para que vivan su fe dentro de la Iglesia tal y como son, escuchándolos y dialogando con ellos». Lo que se propone, en resumen, es «una actitud de apertura ante las nuevas situaciones de nuestro tiempo».

Las trece propuestas que la diócesis lleva a la asamblea tienen por título volver a las fuentes, «volver a la fundamental, al Evangelio y a los hechos de los apóstoles»; la escucha como asignatura pendiente, «capacidad de escuchar, de aceptar las críticas, las ideas diferentes que no son siempre bien recibidas...»;potenciar el sentido comunitario, «hay que reforzar e impulsar los órganos de participación parroquial y diocesano (asambleas, consejos pastorales...)»; la celebración de la eucaristía, «la oración, la escucha y reflexión de la palabra de Dios son imprescindibles para caminar juntos»; la participación en la vida social como una asignatura pendiente; las comunidades parroquiales y movimiento apostólicos «como escuela y testimonio de la Iglesia en salida y misionera»; dar a conocer lo que somos y lo que hacemos, «en los grupos, parroquias y diócesis para que se sea consciente de todo lo que la Iglesia hace»; la religiosidad popular; el ejercicio de la autoridad en la vida religiosa; tener en cuenta a toda la humanidad, apartado en el que se menciona el debate sobre el papel de la mujer;formación en sinodalidad; y relaciones interconfesionales.