PROBLEMAS DEL MERCADO FARMACÉUTICO EN EXTREMADURA

El verano agrava el desabastecimiento en las farmacias: faltan más de 900 medicinas

La venta de los laboratorios a países que pagan más, la escasez de materia prima o más control, entre las causas

Escasean un tercio más de fármacos que a principio de año: «Nunca había faltado tanto, es muy preocupante»

Una farmacéutica busca un medicamento en el interior de su establecimiento.

Una farmacéutica busca un medicamento en el interior de su establecimiento. / EL PERIÓDICO

Faltan antibióticos, antiinflamatorios, antidepresivos, algunas medicinas para tratar el cáncer, el colesterol, la tensión o casos de epilepsia y escasean hasta el ibuprofeno. «Nunca antes se había dado tanto desabastecimiento, la falta de medicamentos está ahora absolutamente disparada». Así lo asegura Cecilio Venegas, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Badajoz, quien se muestra preocupado por la situación: «Es un tema que empieza a ser muy serio, muy preocupante y angustioso para muchas personas y también para las farmacias», añade. El desabastecimiento de productos en estos establecimientos es algo crónico, «un problema ya estructural», pero que se ha agravado desde este verano. 

Si a principios de año se contabilizaban problemas en 645 fármacos, en estos momentos el sistema de información online de la Agencia Española del Medicamento (Aemps) recoge 925 presentaciones de fármacos que escasean en las farmacias extremeñas y españolas. Se habla de presentaciones porque cada medicamento se vende en diferentes formatos (sobres, comprimidos, jarabes...) y el desabastecimiento puede afectar solo a una de ellas. Esta cifra supone solo alrededor del 3% del total de las más de 33.000 presentaciones disponibles en España, pero también resulta «preocupante» para Juan José Hernández, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Cáceres ya que prácticamente la cifra duplica la que se registraba en verano de 2019 cuando la Aemps notificaba problemas de suministro de unos 500 medicamentos. 

Otras incidencias no contabilizadas

Sin embargo, la realidad del día a día en las farmacias es aún peor. «Los datos que publica la Agencia Española del Medicamento son los que le comunican directamente los laboratorios, pero además de eso hay muchas otras incidencias que no le llegan a la Agencia pero que nosotros sí detectamos en las farmacias porque hay veces que un laboratorio dice que sí tiene producción pero a la farmacia no llega, por lo que las cifras del desabastecimiento son realmente más altas», explica Hernández. Para esos casos, el Consejo General de Farmacéuticos ha puesto en marcha un sistema, denominado Cismed, que actúa como centro de información sobre el suministro de medicamentos en el que las farmacias pueden comunicar diariamente aquellos fármacos que los laboratorios dicen que están suministrando pero que realmente no están llegando a los establecimientos.

Los presidentes de los dos colegios provinciales explican que la mayoría de las medicinas que escasean tienen una alternativa y se pueden sustituir por otras con el mismo principio activo, pero hay otros casos que la farmacia no puede solucionar. «Hay muchos que generan trastornos y algunos que no tienen ninguna alternativa porque son medicinas innovadoras y no hay nada más que una puesta en el mercado», explica Venegas. Hernández calcula que en torno al 90% de los casos se pueden sustituir por el propio farmacéutico, pero hay otro 10% que les obliga a derivar al paciente de nuevo al médico para que busque otra alternativa posible para el tratamiento prescrito inicialmente, lo que supone también un trastorno para el facultativo. «Es una situación que preocupa en cualquier caso porque aunque haya posibilidad de sustitución también tiene consecuencias: hay personas mayores que se confunden cuando le cambias el color de la caja y no toman la medicación correctamente», destaca Hernández. 

Al final, insisten, las farmacias son el último eslabón de la cadena del medicamento. «Nos toca lidiar por arriba con los proveedores y laboratorios y por abajo con los pacientes que están enfadados y con toda la razón», dice Venegas. Y todo ello les supone asumir una carga de trabajo extra. «Somos los que tenemos que informar al paciente de la falta y darle la mejor atención posible. Hay un estudio que dice que los farmacéuticos usamos de media unas cinco horas semanales en intentar buscar alternativas a los problemas de desabastecimiento», añade Hernández.

Ambos colegios disponen de una herramienta que permite lanzar un aviso cuando falta un fármaco determinado para intentar localizarlo en farmacias próximas. «Vamos parcheando la situación, pero son solo parches porque la solución no parece sencilla ni rápida, de hecho, el desabastecimiento va a seguir 'in crescendo'», apunta Venegas. 

Una causa multifactorial

Como explican desde los dos colegios profesionales extremeños de farmacéuticos, las razones de este desabastecimento son múltiples. Entre ellas está el aumento de los requisitos de calidad, seguridad y eficacia «que cada vez son mayores» o la reducción a nivel mundial de las plantas donde se fabrican los principios activos, pero ocurre también que los propios fabricantes priorizan la venta a otros mercados que pagan más por esas medicinas que España, que tiene el precio regulado frente a otros países en los que no existe ninguna regulación y que tiene además el precio más bajo de Europa. A esto se suman la alta demanda puntual de algunos fármacos, que disparan las ventas, o la escasez de materias primas. «Ya no hablamos solo de principios activos o excipientes, es que se han dado casos en los que faltaba aluminio para poder hacer los blísters (envases)», destaca Hernández.  

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