AÑO NEGRO EN LAS CARRETERAS EXTREMEÑAS

Alcohol al volante: las zonas rurales, ‘ciudades sin ley’

La región ha sufrido este año 9 atropellos mortales, la mayoría causados por conductores ebrios y en pequeños pueblos

En el casco urbano carecen de controles porque no cuentan con etilómetros o con agentes locales que ejerzan esa vigilancia

La Guardia Civil en un control de tráfico  en la provincia de Cáceres.

La Guardia Civil en un control de tráfico en la provincia de Cáceres. / SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

Hace años que el ayuntamiento de La Roca de la Sierra (Badajoz) adquirió un alcoholímetro para que la policía del municipio llevara a cabo controles para prevenir el consumo al volante. Pero está en desuso, no porque no funcione si no porque la localidad carece de agentes suficientes para poder ejercer esa vigilancia. En estos momentos en el pueblo solo hay un policía local, después de que se jubilara su compañero, lo que hace imposible realizar estos controles de tráfico. Trabaja a turnos, habitualmente por la mañana de lunes a viernes y de forma excepcional en los eventos especiales, como ocurrirá este año con la cabalgata de Reyes, pero no puede abarcar a todo. «Este año en Navidades no puede haber controles. Está solo y hay que darle días libres, no puede trabajar a todas horas», reconoce el alcalde, Luis Pilo.

Como en este municipio, ocurre en la mayoría de las zonas rurales de Extremadura, en las que estos controles de alcoholemia los suele realizar la Guardia Civil al carecer los ayuntamientos de los aparatos para medir la cantidad de alcohol en aire expirado o de agentes suficientes (muchos no tienen ninguno) para poder realizar esta vigilancia. El problema es que el instituto armado no tiene recursos para cubrir todos los rincones de Extremadura y al final, muchos de estos municipios se convierten en ‘ciudades sin ley’ en cuanto al consumo de alcohol al volante.

En vías interurbanas

Esto es, de hecho, una de las principales causas que llevan a que se produzcan accidentes como el que ocurrió el 11 de febrero precisamente en La Roca de la Sierra (1.400 habitantes), en el que falleció un hombre de 55 años cuando transitaba por el arcén de la N-523, de noche, con poca visibilidad. Ya lo advirtió en este diario el fiscal delegado de Seguridad Vial de Badajoz, Diego Yebra: «La gente está desinhibida porque la gran parte de los atropellos son en fiestas. Hay un consumo enorme de alcohol y drogas, tanto por parte de los conductores como de los peatones, que termina en este incremento (de accidentes mortales)», manifestó en una entrevista.

En lo que va de año se han producido en la región nueve atropellos mortales y detrás de gran parte de ellos, según el Ministerio Público, ha estado el alcohol como principal causa. Otro de ellos se registró en Gargáligas, entidad local menor de Don Benito (Badajoz), donde la noche del 1 de marzo falleció un hombre de 49 años al ser arrollado por un vehículo cuando caminaba por la N-430, también de noche. En este caso el municipio, de 529 habitantes, carece de Policía Local, por lo que la seguridad compete a la Guardia Civil, que no suele realizar controles de este tipo en el casco urbano.

50 personas han muerto este año en Extremadura, 21 más que en 2022. Supone un incremento del 72,4%

En Gargáligas, de hecho, no es la primera vez que sufren un accidente mortal en este punto, donde llevan años reclamando que, a pesar de ser carretera interurbana, se limite la velocidad a 50 kilómetros por hora (en esos momentos está a 80). Aquel día la víctima intentaba cruzar por una zona prohibida para peatones y que conecta con una de las entradas del municipio, justo donde se encuentra el restaurante Merialba. Es un acceso utilizado habitualmente por los vecinos del pueblo pues para pasar de un lado a otro de la carretera no existe un paso a nivel así que, a pesar de estar prohibido, la mayoría opta por cruzar esta vía interurbana. «Ocurrió por la noche. Iba a entrar un camión en el restaurante y esta persona se puso a cruzar sin darse cuenta de que detrás del camión venía un coche que quería adelantarlo. Es un tramo muy oscuro, no hay ninguna señal luminosa y hay poca visibilidad», detalla el alcalde, Pedro Fort.

Lo mismo en Alcántara (Cáceres, 1.360 habitantes). Aquí falleció un hombre de 62 años el pasado mes de octubre. En este caso también se registró en una carretera interurbana, la EX117, que atraviesa el pueblo. De hecho el accidente ocurrió en tramo urbano, dentro del propio municipio, y de nuevo, tal y como apuntó el fiscal delegado de Seguridad Vial de Badajoz, Diego Yebra, el conductor dio también positivo en alcohol. El pueblo tiene dos agentes de Policía Local pero carece de un etilómetro propio para realizar controles de alcoholemia. Aunque, según confirma su alcaldesa, Mónica Grados, la Guardia Civil suele realizar «uno o dos al año», pero no siempre en festividades, sino cuando coincide.

«Hace tiempo que el ayuntamiento compró un alcoholímetro pero no se usa por falta de policías»

Luis Pilo

— ALCALDE DE LA ROCA DE LA SIERRA

No se plantean comprarlo

Tampoco se plantean adquirir un alcoholímetro. «Esto (el atropello mortal) ha sido algo puntual pero en el pueblo no tenemos problemas de tráfico ni nada», puntualiza la regidora. No obstante, aunque lo tuvieran, con solo dos agentes municipales sería imposible desarrollar también esta vigilancia. Ahora mismo trabajan de lunes a viernes de mañana o de tarde; no les llega ni siquiera para cubrir toda la jornada.

El año ha sido negro en las carreteras extremeñas, no solo en atropellos: en este 2023 han muerto en accidente de tráfico 50 personas, 21 más que en 2022, lo que supone un incremento del 72,4%. Estas cifras siguen situando a Extremadura como la región en la que más han crecido los siniestros mortales. El último, de hecho, se ha producido en este mismo mes de diciembre, cerca de Mohedas de Granadilla, donde falleció el alcalde de Nuñomoral, Juan Carlos Sendín, de 50 años.

«No tenemos policía local, los controles los hace la Guardia Civil, pero en carreteras interurbanas»

Pedro Fort

— ALCALDE DE GARGÁLIGAS

A Extremadura le siguen Islas Baleares, donde ha habido 16 muertos más (un incremento del 64%) y Asturias, donde han fallecido 14 personas más (un 66,67% más). Esto, mientras que en la mayoría de las comunidades autónomas se han reducido los accidentes mortales. Navarra está a la cabeza, con 14 fallecidos menos, seguida de Andalucía, con 11 menos. En el caso de la extremeña, el consumo de alcohol y el exceso de velocidad estuvieron detrás de la mayoría de estos siniestros. 

La DGT advierte: el alcohol está detrás del 29% de los accidentes mortales

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha puesto en marcha de nuevo esta Navidad una nueva campaña de vigilancia de consumo de alcohol y drogas que afecta a todo el conjunto nacional. Los agentes estarán apoyados por las policías locales de los municipios, en el caso de que los haya. De esta forma, se han establecido diferentes puntos de control en todo tipo de carreteras, así como en cascos urbanos, para «evitar que personas que hayan ingerido alcohol o hayan consumido drogas circulen por las carreteras», según se informó en la presentación de esta campaña.

Esta vigilancia se lleva a cabo precisamente porque, tal y como advierte la Dirección General de Tráfico, el consumo de alcohol se mantiene como la segunda causa concurrente más frecuente en los siniestros de tráfico, habiendo estado presente en el 14% de los accidentes con víctimas en 2022 y como factor concurrente en el 29% de aquellos que registraron víctimas mortales.

«No nos planteamos comprar un alcoholímetro, el atropello fue algo puntual, no hay problemas de tráfico»

Mónica Grados

— ALCALDESA DE ALCÁNTARA

Según la memoria 2022 de hallazgos toxicológicos en víctimas de accidentes de tráfico elaborada por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, con la colaboración del Observatorio Nacional de Seguridad Vial, el 51,9% de los conductores fallecidos en carretera en 2022, que fueron sometidos a autopsia y a un análisis toxicológico, dieron positivo en alcohol, drogas o psicofármacos, aisladamente o en combinación. Una cifra un 2,5% superior a la del ejercicio anterior.

La memoria arroja además que el 72,6% del total de los conductores muertos en accidente y que dieron positivo en alcohol, presentaban una tasa muy alta, igual o superior a 1,2 gramos/litro en sangre; más del doble de lo permitido, lo que supone que tenían un grado de intoxicación «muy severo».

Por eso la Estrategia de Seguridad Vial 2030 establece como una de sus áreas estratégicas la ‘Tolerancia cero con los comportamientos de riesgo’, entre las que se encuentran, claro está, el consumo de alcohol y otras drogas. De ahí la importancia de las campañas como las que se realizan durante la Navidad. 

Sanciones

El límite de alcohol permitido al volante es de 0,5 gramos/litro en sangre o 0,25 mg/l en aire expirado; una cantidad que se reduce a 0,3 g/l (0,15 mg/l) en el caso de conductores noveles y profesionales. De tal forma que superar los 0,25 mg/l, hasta los 0,50 mg/l, conlleva una sanción administrativa de 500 euros y la retirada de cuatro puntos del carnet de conducir.

Por encima de esa cifra la multa aumenta hasta los 1.000 euros y la pérdida de seis puntos. Conducir bebido con una tasa a partir de 0,6 mg/l en aire expirado es considerado además un delito penal, condenado con cárcel.

Suscríbete para seguir leyendo