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La Junta de Extremadura ejecuta una política de regadíos seria y rigurosa

En Extremadura la superficie dedicada a los cultivos de regadío es de 250.000 hectáreas. El desarrollo de los nuevos regadíos tendrá una incidencia directa en el medio rural

La Junta de Extremadura ejecuta una política de regadíos seria y rigurosa

La Junta de Extremadura, a través de la Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio, está ejecutando una política de regadío bien planificada y ajustada a la realidad de los recursos hídricos con lo que cuenta Extremadura. «Sabemos que los nuevos regadíos es un camino largo, pero con buena planificación, con mucho rigor y el consenso con los regantes lo conseguiremos», asegura la consejera del ramo, Begoña García Bernal.

En Extremadura la superficie dedicada a los cultivos de regadío es de alrededor de 250.000 hectáreas, lo que representa un 18 % de la superficie de tierras de cultivo, y que, sin embargo genera el 61 % de la Producción Final Agrícola. Este hecho revela la gran importancia que las explotaciones agrarias de regadío tienen para la región extremeña. La agricultura de regadío es la principal consumidora de agua de la economía, si bien, es justo reconocer que con las inversiones realizadas dentro de las actuaciones en mejora y modernización de regadíos por parte de los regantes, las Comunidades de Regantes, la Junta de Extremadura u otras administraciones se ha avanzado sustancialmente en el uso eficiente del agua, enmarcando dicha importancia dentro de la estrategia de Economía Verde y Circular Extremadura 2030.

El desarrollo de los proyectos de nuevos regadíos tendrá una incidencia directa en el medio rural, la consolidación del sector agroalimentario en la Comunidad Autónoma de Extremadura, y la constitución de explotaciones viables y competitivas, con orientaciones productivas acordes con las demandas de los mercados e integradas en los procesos de transformación y comercialización; beneficiando a los agricultores y permitiendo el desarrollo de la zona. La gestión del agua será decisiva para el futuro de nuestra agricultura y ganadería. Conocemos el punto de partida: los regadíos son absolutamente necesarios para esta región. Quizá tendrán que ser bastante diferentes a los actuales: con menor consumo de agua, con menor coste energético, ligados a energías renovables, seguramente tendrán que destinarse a ciertos cultivos.

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