El presidente de Estados Unidos, George Bush, se apuntó el miércoles una importante victoria cuando el Senado aprobó la ley que amplía los poderes del Gobierno para espiar a sus ciudadanos sin orden judicial. La controvertida ley --ya aprobada por el Congreso y que entrará en vigor cuando la firme Bush-- otorga inmunidad a las compañías telefónicas que ayudaron en un programa de espionaje de las telecomunicaciones de estadounidenses tras los atentados del 11-S en Nueva York y Washington, un programa que se cerró el año pasado.

Un total de 69 senadores, incluyendo el candidato demócrata, Barack Obama, se impusieron a los 28 que se oponían a la mayor remodelación de esta ley desde que se creó, tras el escándalo del Watergate . Gracias a sus votos, la Administración norteamericana gozará de mayor laxitud para espiar tanto en el extranjero como en EEUU a personas sospechosas de vínculos terroristas, y se harán necesarias menos supervisiones.

Obama se había opuesto hasta ahora a otorgar inmunidad a las telefónicas. Las voces críticas denuncian que, en año electoral, tiene miedo de parecer débil en asuntos de seguridad nacional.