Por los pelos --apenas por siete décimas-- Traian Basescu se llevó el gato al agua en la segunda vuelta electoral, y seguirá presidiendo Rumanía. Con el 50,33% de los votos, el líder del centroderecha se impuso al socialdemócrata Mircea Geoana (49,66%), cuyo partido se apresuró a denunciar "fraude" y a pedir la revisión de los resultados.

La noche electoral del domingo fue muy larga. Los dos candidatos se proclamaron ganadores, aunque Geoana, con tres de los cuatro sondeos a pie de urna a su favor, fue más entusiasta. "Es una noche maravillosa para la democracia rumana", afirmó. Con el paso de las horas cambiaría radicalmente de opinión.

"Nuestra convicción es que los rumanos han elegido a Geoana, pero el aparato del Estado trata de que Basescu sea el vencedor de forma fraudulenta", afirmó ayer el secretario general del Partido Socialdemócrata (PSD), Liviu Dragnea, mientras Geoana guardaba silencio e incluso evitaba a los periodistas. El independiente Klaus Johanis, que apoyó al aspirante socialdemócrata y estaba llamado a ser su primer ministro, afirmó en cambio que los resultados no deben ser discutidos.

INVESTIGACION URGENTE La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que desplegó a una veintena de observadores en la jornada electoral, declaró ayer que los comicios se habían desarrollado "en general con respeto a los estándares", aunque instó a investigar "urgentemente" las denuncias de irregularidades.

El primer mandato de Basescu se ha caracterizado por los gestos simbólicos de este exmarino de 58 años, erigido en paladín de las reformas, pero también por la inestabilidad. Su partido anunció ayer su deseo de emprender "muy rápidamente" las negociaciones para la formación de un nuevo Gobierno. Algo que ya no iba a ser nada fácil, y aún lo va a ser menos si la oposición abre una batalla legal por la legitimidad del resultado electoral.

Rumanía tiene un Gobierno interino desde que en octubre una moción de censura derribó al Ejecutivo de centroderecha. Basescu no ha logrado que la mayoría parlamentaria aceptara a ninguno de sus candidatos a primer ministro. Mientras, el Fondo Monetario Internacional aguarda a que Rumanía se dote de Gobierno y de unos presupuestos de austeridad para el 2010 antes de descongelar el crédito de 20.000 millones de euros que Bucarest espera como agua de mayo.