Crisis en el Gobierno de izquierdas

Chile: el presidente Boric pierde a su principal colaborador bajo la presión de la ultraderecha

Su mano derecha, Giorgio Jackson enunció como ministro de Desarrollo Social para evitar una embestida de la ultraderecha que erosione aún más la capacidad de maniobra del Gobierno

Gabriel Boric, presidente de Chile.

Gabriel Boric, presidente de Chile. / EP

Abel Gilbert

El presidente de Chile, Gabriel Boric, se encuentra por estas horas mucho más solo. Ha debido aceptar resignado la dimisión de su mano derecha, Giorgio Jackson. La salida de un amigo personal desde los días de agitación estudiantil supone una derrota política que profundiza su debilidad. La desaprobación a su Gobierno es del 62%, de acuerdo con una última encuesta.

Jackson renunció como ministro de Desarrollo Social para evitar una embestida de la ultraderecha que erosione aún más la capacidad de maniobra del Gobierno. El partido Republicano, la fuerza hegemónica en la Constituyente, iba a presentar el lunes una acusación constitucional contra el ministro. Este sábado anunció que había desistido de esa ofensiva. En los hechos había conseguido su objetivo.

"Trabajar bajo su mandato ha sido el honor más grande de mi vida", dijo Jackson en un mensaje de reconocimiento a su amigo presidente, pero, también de resignación. El ministro saliente había sido uno de los diseñadores de la hoja de ruta que llevó a Boric a la presidencia como abanderado del Frente Amplio, una de las fuerzas de la coalición de izquierdas que se encuentra en el poder. Jackson había ocupado antes la Secretaría General de la Presidencia, en un rol de enlace entre el Ejecutivo y el Parlamento, que fue objeto de críticas y que abandonó tras el primer gran traspié de la era Boric: la paliza electoral de setiembre pasado que puso freno a la promulgación de una Constitución de corte progresista.

Las razones de la renuncia

"La oposición ha definido utilizar políticamente mi presencia en el gabinete como una excusa para no responder a las urgencias de las personas y no avanzar en las reformas que Chile necesita", dijo Jackson, de 36 años, sobre las iniciativas económicas y sociales pendientes. Con ese propósito, añadió, Republicanos y sus compañeros de ruta de la derecha tradicional, "han incurrido en mentiras, injurias y calumnias". Jackson hizo alusión a uno de los episodios más extraños de las últimas semanas: el robo de 23 ordenadores y una caja fuerte en la oficina del ministerio que estaba a su cargo. Los adversarios, recordó el exministro, no pudieron presentar "ninguna prueba que me vincule a algún delito". Sin embargo, su suerte ya estaba echada por otro hecho relacionado con los fondos estatales que fueron enviados a fundaciones cercanas al oficialismo.

Jackson asegura haber sido objeto de una "injusticia" que no pudo revertir y se llegó a una situación que terminaba complicando al Poder Ejecutivo. La dimisión, dijo, buscó "contribuir" a una mejora del "clima político". El propio Boric, en su último intento de sostener a Jackson, había reclamado que las acusaciones en su contra se formularan "de manera seria" y "fundamentada" ante "las instancias que corresponden". Eso no sucedió.

Continua la ofensiva

"Jackson se va sin asumir ninguna responsabilidad", dijo el senador republicano, Rojo Edwards. La ultraderecha reclama al presidente más cambios. "Esta decisión debe significar el primer paso para sacar del Gobierno a todos los corruptos que lo tienen secuestrado". Lo mismo sugirió el diputado de ese espacio José Carlos Meza. "Espero que esto sea un momento para que el Gobierno de un golpe de timón y cambie la forma en que gobierna, que es como si tuviera mayoría en el Congreso".

La crisis ha tenido lugar a un mes del 50 aniversario del golpe de Estado contra Salvador Allende. Ese acontecimiento ha sido una divisoria de aguas en la historia chilena y, en la actualidad, con el ascenso de la ultraderecha, objeto de fuertes controversias que incluyen la reivindicación del dictador Augusto Pinochet.