Alerta en los Balcanes

Un violento tiroteo en el norte de Kosovo dispara la tensión con Serbia

Esta vez, en cambio, los incidentes estallaron después de que un policía kosovar fue tiroteado a muerte cuando su unidad se encontraba patrullando cerca de la frontera con Serbia

Agentes de la policía de Kosovo, cerca de la localidad de Banjska.

Agentes de la policía de Kosovo, cerca de la localidad de Banjska. / EFE

Irene Savio

Kosovo está viviendo horas de tensión violencia. Un tiroteo ocurrido el domingo en Banjskaa, un pueblo de mayoría serbia situado en el norte de este territorio, se ha saldado con la muerte de al menos un policía albanokosovar y tres asaltantes de etnia serbia, de acuerdo con el último balance difundido por las autoridades kosovares. Las mismas fuentes también añadieron que “dos pistoleros y cuatro sospechosos” fueron detenidos, y están siendo considerados como posibles miembros de “una organización terrorista”.

El nuevo estallido de violencia ocurre en un momento muy volátil en la relación entre Serbia y Kosovo, antigua provincia serbia cuya independencia (declarada unilateralmente en 2008) Belgrado aún no reconoce. De hecho, después de que los dos se enzarzaran el año pasado en otra bronca por el norte de Kosovo, todas las presiones de Estados Unidos y de la Unión Europea para empujar a los Gobiernos de Belgrado y Pristina a eliminar las tensiones han fracasado. 

Momento volátil

Con esto como punto de partida, también las circunstancias del último enfrentamiento armado son confusas y la prensa local e internacional tiene, por el momento, prohibido el acceso a Banjskaa, donde este lunes unidades policiales kosovares ingresaron con vehículos blindados, según ha informado Reuters.

No obstante, el sitio del nuevo choque se encuentra en las cercanías de Zvečan, donde ya en mayo se produjeron violentos enfrentamientos entre la comunidad serbia de Kosovo y la policía albanokosovar. En ese momento, el principal detonante de las hostilidades había sido la decisión del Gobierno de Albin Kurti de dar acceso por la fuerza (y sin avisar a las organizaciones internacionales presentes en la zona) a edificios oficiales de alcaldes albaneses, lo que posteriormente suscitó la condena de EEUU y la UE

Esta vez, en cambio, los incidentes estallaron después de que un policía kosovar fue tiroteado muerte cuando su unidad se encontraba patrullando cerca de la frontera con Serbia. Lo que, poco después, motivó un operativo por parte de la policía kosovar en los alrededores del monasterio ortodoxo de Banjskaa, donde se habían atrincherado unos 30 asaltantes, que finalmente fueron reducidos, según la versión de Pristina. Por su parte, la diócesis de Raška-Prizren de la Iglesia ortodoxa condenó los hechos y negó cualquier implicación con los atacantes.

Cruce de acusaciones

Con ello, Kurti ha acusado a Serbia de estar detrás de los incidentes, lo que Belgrado ha negado. Más aún, Aleksandar Vucic, el presidente serbio, se lamentó por la muerte del policía albanokosovar pero también por el fallecimiento de los tres asaltantes que, dijo, eran serbios de Kosovo, y no ciudadanos de Serbia, exasperados por las tensiones en la zona.

“Quienes perpetran este ataque terrorista no son ciudadanos serbios de Kosovo corrientes, sino tropas respaldadas por el Estado de Serbia”, había dicho Kurti en la red social X (antes Twitter). “Alguien hizo esto a propósito… en una hora y 20 minutos reunieron a 460 (miembros de las) fuerzas especiales”, le respondió Vucic, al añadir que “teme” que la situación empeore, ya que Kurti está intentando arrastrar a Serbia a un conflicto con la OTAN, organización que está presente en la zona con su misión Kfor.