La hermandad del Resucitado confía en que las predicciones meteorológicas se cumplan y la lluvia no haga acto de presencia hasta por la tarde. El año pasado el agua ya impidió el Encuentro entre el Cristo Resucitado y la Virgen de la Aurora, que cierra los desfiles procesionales en la ciudad, y este año los hermanos esperan que pacenses y visitantes puedan vivir este emotivo momento en la plaza de España.

A las doce de la mañana saldrán de la iglesia de San Agustín ambas imágenes, que ayer por la tarde ya tenía listas la hermandad. La gran novedad de este año, como ya ocurrió en la procesión del Jueves Santo, es la nueva talla de la Virgen de la Aurora, obra de Israel Cornejo. Además, por primera vez el paso llegará al Encuentro bajo palio con varales repujados por la orfebrería Orovio y con el techo bordado en oro por Juan Manuel Expósito. La Virgen, según explicó el hermano mayor, Alfonso Romero, además estrena acompañamiento musical a cargo de la banda de la localidad de Ribera del Fresno.

También el Resucitado mostrará los respiraderos bordados en oro sobre malla que se han terminado este año en el taller de la hermandad. El Cristo irá acompañado por la banda de cornetas y tambores de la cofradía, formada por 65 niños y jóvenes.

El recorrido del 2014 presenta novedades. Tras salir de San Agustín, la procesión discurrirá por José Lanot, la plaza de la Soledad, Francisco Pizarro, Hernán Cortés, Obispo San Juan de Ribera y la plaza de España. La entrada en carrera oficial está prevista a las 13.30 y tras ella se celebrará el Encuentro, que finalizará con la tradicional suelta de palomas. La vuelta a la iglesia se hará por San Juan, Arias Montano y José Lanot. Según señaló el hermano mayor, si hay amenaza de lluvia se decidirá "sobre la marcha" acortar el recorrido.

Ayer no hubo procesiones en la capital pacense, que la madrugada del Viernes Santo acogió los desfiles del Cristo de la Paz, de San Roque, y del Cristo del Amor y la Virgen de la Consolación, de la cofradía de la Vera Cruz. Por primera vez, ambas compartieron espacio y tiempo y cuando el Cristo del Amor salía de la Concepción, el Cristo de la Paz pasó por la esquina de la calle San Juan. El desfile del Santo Entierro y la Soledad, de riguroso luto y sin corona, atrajeron a numeroso público al Casco Antiguo la tarde y la noche del Viernes Santo.