Diez años después, el sector de la construcción vuelve a mirar al futuro con optimismo. La mejora de las perspectivas económicas y de empleo y la flexibilización del crédito bancario están contribuyendo a que la demanda de vivienda en propiedad vuelva a reactivarse en Extremadura. Ni mucho menos como antes de la crisis porque aquellos años del boom no volverán, pero sí con la fuerza suficiente como para que el sector prevea una inminente necesidad de obra nueva en las principales ciudades de la comunidad a partir del próximo año. Se debe a que el estoc de pisos levantados durante la burbuja inmobiliaria, buena parte en manos de los bancos, se está agotando ya y la vivienda de segunda mano no cubre las necesidades de los nuevos compradores, fundamentalmente familias con un poder adquisitivo medio-alto que buscan confort y altas calidades.

«Es un hecho que tenemos constatado: sobre todo en las grandes ciudades habrá una verdadera necesidad de obra nueva, que es lo que demanda el cliente», afirma José Luis Iglesias, gerente de la Federación Regional de la Pequeña y Mediana Empresa de Construcción y Afines en Extremadura (Pymecon). Si las ventas siguen al ritmo de los últimos meses, el colectivo prevé que el estoc de pisos levantados durante la burbuja y no vendidos se agotarán a finales de este año, lo que «sin lugar a dudas» se traducirá en un revulsivo para el sector. Iglesias destaca además que la recuperación está siendo posible gracias también a que las entidades financieras han vuelto a abrir el grifo del crédito e incluso «muestran interés en volver a entrar en promociones».

Eso sí, ya no se trabaja sobre plano, sino con contrato, y para obtener la financiación necesaria del banco el empresario debe contar con una parte de las viviendas vendidas para garantizar que la promoción es viable. Una fórmula que ya está dando resultados en Badajoz y Cáceres, donde constructoras como la Progemisa están aprovechando la coyuntura que se avecina y se han lanzado a levantar nuevos bloques de viviendas tras los años del parón. Parejas jóvenes con un empleo estable y salario medio-alto es el perfil de los clientes interesados en este tipo de casas, que también calan entre aquellos que pueden permitirse adquirir una segunda residencia.

MERCADO NORMALIZADO / «Al final, la gente sabe que la inversión más segura es la vivienda», afirma Alfonso Jordán, jefe de ventas de la constructora extremeña Progemisa. Según detalla, tras el estallido de la burbuja en el 2008 y la quiebra de un buen número de constructoras, «la banca se convirtió en el mayor propietario de suelo y ha estado vendiendo en exclusiva durante un buen número de años, en muchos casos con precios de derribo». Ahora, una vez liquidados esos activos, «el mercado se ha normalizado» y de nuevo el sector ha comenzado a recibir demanda de pisos «en altura», ya que unifamiliares, al menos en el caso de Progemisa, no han dejado de construirse durante los años de la crisis.

Así, la empresa ya ha proyectado en Cáceres una «ambiciosa» promoción en la Ronda de San Francisco (junto al Hospital San Pedro de Alcántara) de 112 viviendas «de última generación y calidades muy cuidadas», que es lo que busca ese cliente con poder adquisitivo medio-alto. Ya se han empezado a construir y pueden adquirirse a un precio medio de 1.750 euros el metro cuadrado. Según Jordán, aproximadamente el 35% de los 112 los pisos proyectados ya están vendidos.

La misma situación se repite en Badajoz, donde también se ha dejado notar esa demanda inminente de vivienda nueva. Mariano García, gerente de la agencia inmobiliaria García Márquez, explica que en la capital pacense se han empezado a comercializar cinco promociones «que están funcionando muy bien». Al igual que en Cáceres, se trata de viviendas con altas calidades y destinadas a clientes «afianzados económicamente y con un empleo estable».

Entre entre ellas destaca una en la Ronda Norte que está a punto de salir al mercado como uno de los primeros edificios de Extremadura y España en contar con la máxima calificación de ahorro energético, y otra ubicada en el centro de la ciudad. Esta última cuenta con 38 viviendas que han salido al mercado a un precio de 1.300 euros el metro cuadrado. Las obras de construcción terminarán en marzo de 2018, pero ya solo quedan 10 pisos disponibles de los 38. En Valdepasillas han salido a la venta otras 40 vivendas de las que solo en la primera semana se han reservado 15 y también en Cerro del Viento se ha vendido otra de siete casas.

«Se trata de promociones viables, porque ahora el banco exige al promotor que haya un número mínimo de viviendas vendidas y además se supervisa mucho más con informes técnicos que lo que se va a pagar se ha hecho», asegura García, que con ello pone de manifiesto cómo la crisis y el estallido de la burbuja «han cambiado el negocio y la forma de vender».

EFICIENCIA / Precisamente, en esas calidades mejoradas y sobre todo el ahorro energético ha incidido el secretario general de la Confederación de Empresarios de Extremadura (Creex), Javier Peinado. Ante esta inminente recuperación del sector de la construcción residencial, el representante de la patronal extremeña ha defendido que es necesario afrontar un nuevo modelo basado en la promoción de viviendas sostenible.

Según Peinado, la construcción tiene un peso importante en el Producto Interior Bruto (PIB) de la comunidad y por ello es «fundamental» su desarrollo hacia valores como la sostenibilidad o la economía verde. Unas actuaciones en las que no solo se incide en beneficios para el residente, sino también en cuanto al ahorro energético y al medio ambiente, e incluso se consigue un valor añadido frente a la competencia.