Menos mal. Mérida campeón de esta tercera división extremeña y, con la moral que le proporciona este campeonato y, la afición que se ha volcado con su equipo, puede, debe y lo deseamos que suba a Segunda División B, la división de bronce, pero es estar en el pódium. Ahora, a luchar por la División de Plata, no es la primera vez y, si nos ponemos a soñar, a por todas, la afición 'Pecholata' se lo merece y un ayuntamiento que ayuda en lo que puede. Ya ha jugados dos veces en Primera División y esta ciudad, capital autonómica y Patrimonio de la Humanidad se lo merece.

Su presidente, Daniel Martín, desde el instante que tomó sus riendas, lo hizo con todo el interés y, se ha demostrado. Diez cerezas del Jerte al Plasencia es quedarlos con una en el plato y a eso no hay derecho. Son demasiados goles. Claro que yo ya he visto un 22-O el 16 abril de 1975 al Jaraíz: Juanín, Burgos, Piriz, Ceballo, Belmonte, Juanito(1), Castizo (2), Pulido (3) y arriba Triviño (4) Peña (8), Chan (3), zarceño. Sustituyó Antonio Mora (1) a Juanito. Entre paréntesis, los goles. Era la época de Tomás Martínez Castañón. Al Plasencia nos adueñamos del plato de cerezas, al Jaraíz nos comimos la fuente entera.

Echémosle un poco de humor, que nos hace falta y, decirle a mi entrañable amigo el alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro, que lo sentimos pero el alcalde Mérida, Pedro Acedo está exultante de alegría por la victoria de su equipo, siempre acompañando al Mérida. Como debe ser.

La fiesta fue sonada. La tarde desde el minuto dos disfrutando, lo que no pudo hacer el día que jugó con el Extremadura que, como es habitual, siempre nos atragantamos con los miliosî, que en honor a la verdad, son un encanto, aunque las aficiones se digan de todo. Personalmente Almendralejo, me encanta. Ahora a rematar la faena, mi padre decía que, todo depende de una buena estocada y, es lo que falta para poder llevarse las orejas y el rabo. Enhorabuena.