El claustro del convento de las Freylas, un edificio histórico del siglo XVI declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1988, será el elemento integrador de la nueva sede del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM), en un proyecto que contempla además la creación de despachos, laboratorios, salón de actos, biblioteca, en dos niveles de altura recuperando el mirador de la torre. De esta manera se recoge en el proyecto presentado para adaptar el inmueble como sede, para lo cual «será necesario acometer intervenciones de rehabilitación y restauración en la edificación existente», así como intervenciones de obra nueva aprovechando la parte suroeste de la parcela en la que no existe nada edificado prácticamente.

La idea que subyace en la propuesta «refleja claramente la idiosincrasia del monumento en su recorrido histórico», donde las bóvedas y fachadas reflejan la realidad del monumento contextualizado en su historia, según informó ayer el ayuntamiento a través de una nota de prensa. Así, en el proyecto se ha querido recuperar ambos conceptos y generar los espacios necesarios para la restauración, rehabilitación y nueva construcción de la sede del instituto, así como para ordenar la plaza exterior ofreciendo una visión de conjunto a la basílica y al convento.

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha adjudicado recientemente a la empresa emeritense Arquitectura, Ingeniería y Urbanismo, Estudio, S.L.P., por 102.801,6 euros (impuestos incluidos), el servicio de arquitectura para la redacción del proyecto, estudio de seguridad y salud, dirección de obra y otros para la rehabilitación, restauración y adecuación de las Freylas. Cuando concluya la redacción del proyecto, en un plazo máximo de cuatro meses, se tendrá que sacar a licitación el contrato para la ejecución de las obras de reforma.

El terreno que ocupa el convento tiene 1.700 metros cuadrados entre patios, jardines y corrales, pero su superficie útil es de 800 metros cuadrados. El edificio perteneció a la orden de Santiago y se levantó en el año 1530 junto a la basílica de Santa Eulalia, con la que se comunica por un coro alto y una portada gótica, y conserva arcos renacentistas y una bóveda de cañón. Cabe recordar que el ayuntamiento cerró la cesión gratuita del uso del inmueble al CSIC, por un periodo de 75 años, a través de un convenio en el que también está la Junta de Extremadura.