Una inversión «definitiva e imprescindible». Los casi cinco millones de euros que la Consejería de Sanidad invertirá en la reforma de la residencia de mayores El Prado permitirán equiparar todas las habitaciones al cien por cien para uso sanitario y una adecuación integral de la parcela exterior, que se convertirá en una zona de ocio para los residentes. Las obras ya han comenzado, pero no ha sido hasta este martes que el consejero de Sanidad, José María Vergeles, ha presentado el proyecto en rueda de prensa junto alcalde, Antonio Rodríguez Osuna, y el equipo de arquitectos que ha diseñado la reforma. 

Al tratarse de una adecuación integral, el plazo de ejecución es de dos años (deberá estar terminada en 2023 para poder certificar los fondos europeos que subvencionan la actuación) y si bien la administración es consciente de las molestias que se causará a los residentes, «el beneficio y resultado es tan alto que merece la pena», ha dicho Vergeles. Según el consejero, todos los residentes continuarán viviendo en el edificio y, de momento, no se plantea ningún traslado, ni siquiera en el caso de los grandes dependientes. 

El objetivo, ha detallado, es que el centro mantenga la «esencia» para la que se creó, que no es recibir atención médica permanente sino «residir y, cuando se necesite, cuidados sanitarios». Según ha afirmado, tras las obras será mucho más seguro que ahora ya que se mejorarán los sistemas de ventilación y climatización, algo importante para hacer frente al covid-19 pero también a otros gérmenes y virus que proliferan en los ambientes sociosanitarios. Vergeles ha definido la actuación como «la otra gran obra que faltaba» en Mérida después de la apertura del centro de día para pacientes con alzhéimer.

El proyecto

La residencia de mayores El Prado se levantó en el año 1976 y a día de hoy, con más de 50 años de uso, ha llegado al límite de su vida útil. De ahí la importancia de la reforma, que además se ha aprovechado para dar cumplimiento a todos los aspectos de la normativa específica de accesibilidad o las nuevas exigencias de eficiencia energética. La empresa Fontelex ha sido la adjudicataria de los trabajos, con un presupuesto de 4,7 millones de euros.

Las 122 habitaciones serán equipadas al cien por cien para uso hospitalario, con baño adaptado a la tercera edad y una pequeña sala de estar en la que los residentes podrán usar en el día a día. Se mantendrán todos los balcones, «seña de identidad» del centro, y se mejorarán también todos los espacios comunes: acceso, recepción, comedor, salón social o cafetería. Pero también las áreas de trabajo como la cocina, donde se instalarán entre otros nuevas cámaras frigoríficas que ayudarán a mejorar las condiciones de trabajo de todos los empleados.

Los tres ascensores se equiparán para subir y bajar camillas (ahora solo uno cubre esta función) y por lo que respecta a la parcela exterior, habrá también importantes cambios: el acceso de vehículos quedará reservado a la parte trasera, habrá una nueva ubicación para las ambulancias y se adecuará una zona de ocio para residentes que conectará con el futuro parque proyectado en la calle Colombia.

Por lo que respecta a la eficiencia energética, destacan la instalación de una planta fotovoltaica en el tejado para cubrir la demanda eléctrica de las habitaciones y zonas comunes; 6.000 metros cuadrados de revestimento térmico para todo el edificio o la sustitución de las ventanas. 

En definitiva, una inversión «imprescindible» que servirá para mejorar la calidad de vida de los residentes y también las condiciones laborales de los trabajadores, ha destacado el alcalde, Antonio Rodríguez Osuna. «Es un día de mucha felicidad, pese a las dificultades», ha concluido.