Cuando en marzo del 2009 se inauguraba el Lusitania, el primer superordenador de la región, el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, recibió un correo electrónico de un extremeño que quería mostrarle su queja porque se hubieran invertido casi 8 millones de euros en aquel equipo. Extremadura vivía entonces lo peor de la crisis, con más de 112.000 parados. «En aquel momento no sabíamos que estaba naciendo un mundo nuevo, quizá esa persona que me envió el correo hoy entienda un poco mejor por qué apostamos por esto», decía ayer en la celebración del décimo aniversario de la Fundación Computaex, que puso en marcha este superordenador. A día de hoy ya se cuenta con otro más y los dos operan desde Cáceres.

Pero, ¿para qué sirven? Para, entre otras cosas, ofrecer apoyo e innovación tecnológica a las empresas. En estos diez años a través de ambas computadoras se ha conseguido dar respuesta a más de 130 proyectos en ámbitos tan dispares como la agricultura y la ganadería, eficiencia energética, medioambiente, medicina, infraestructuras o animación 3D, entre otros. En estos momentos, por ejemplo se trabaja en el proyecto ‘Cultiv Data’, que se basa en el cultivo de datos agrarios y pecuarios para ayudar a la eficiencia y a la productividad. «Se hace con la metáfora de que los ganaderos y los agricultores pueden cultivar también datos y con ellos ser capaces de enfrentarse a la productividad de sus productos de una forma más competitiva, con una calidad mejor y con la posibilidad de tener mejores resultados», explicó el director de Computaex, José Luis González Sánchez. Y todo ello en el sector que quizá menos se haya adaptado a las nuevas tecnologías.

Ha ayudado además a la detección y diagnóstico de enfermedades hereditarias, que afectan a uno de cada 200 nacimientos. Se hace a través del proyecto ‘Heritagen’, que ha conseguido detectar las variantes genéticas que originan estas dolencias mediante técnicas de secuenciación masiva. Técnicamente lo que hace es secuenciar el genoma de una muestra significativa de la población para unificarlo después con su información genealógica. Con ello se consigue una información que resulta de gran utilidad en el estudio de la incidencia de estas enfermedades en una familia.

En eficiencia energética

En eficiencia energética destaca el proyecto ‘Siatdeco’, que consigue simular diversos modelos climáticos a años vista con el objetivo de estudiar las correlaciones existentes entre los diversos factores climáticos (sol, viento y lluvias) y la producción de energía. Esto ha permitido disponer de un sistema de información que permite analizar y predecir productividades, así como detectar carencias, necesidades y otros factores que son útiles para la planificación de inversiones, de infraestructuras y de actividades logísticas.

«Ha supuesto un avance realmente importante. En España no hay muchas regiones que cuenten con equipos de supercomputación que nos permitan enfrentarnos a proyectos de investigación, de innovación tecnológica y de apoyo a las empresas, para que cuenten y dispongan de herramientas que probablemente no podrían utilizar de otra manera», indicó ayer el director de Computaex.

La supercomputación supone una oportunidad de empleo en la ciudad. Actualmente hay un déficit de ingenieros en España y muchos emigran de la región. «Formamos a los mejores ingenieros y nos los están quitando, debemos dar oportunidades a tantos jóvenes que quieren quedarse en Extremadura», dijo la alcaldesa, Elena Nevado. Petición a la que se unió también el director de Computaex. En la celebración del décimo aniversario, a la que asistió también el rector de la Universidad de Extremadura, Antonio Hidalgo, ofreció una conferencia el director del Centro Nacional de Supercomputación, Mateo Valero.