«¿Crees que los perros irán al cielo? ¡Estarán ahí mucho antes que cualquiera de nosotros!», lo djo Stevenson. El escritor escocés se refería, obviamente, a la bondad atribuida a ese animal aunque la cita se aplica en este desgraciado caso a justamente lo contrario: a que 11 perros han podido estar ya en el cielo si no llega a ser por la bondad de quienes los encontraron en unos contenedores de basura a los que fueron arrojados, los sacaron de esas calderas del infierno y los llevaron al paraíso del Refugio San Jorge en el campus universitario que, como cada verano, se encuentra en una situación de ‘overbooking’.

No es un caso aislado, se repite con asiduidad al llegar la temporada estival y coincidiendo con la época de mayor cría de los animales; los dueños no saben qué hacer con sus mascotas en verano y mucho menos con los cachorros de los que, directamente, se deshacen.

Es cruel, verdaderamente, pero real. De los 11 perros, los primeros cuatro fueron hallados este domingo en el Polígono Ganadero, los encontró una chica que los llevó al Refugio. A través de las redes sociales, los del San Jorge alertaron con este conmovedor mensaje: «Acabamos de recoger estos cuatro bebés que habían tirado al contenedor de basura en el polígono. Ya tienen los ojos abiertos, pero son muy pequeños para entrar en el Refugio y necesitan urgentemente una casa de acogida donde puedan dedicarle más tiempo y no corran peligro de enfermar. Si puedes ayudar a un bebé, envíanos un whatsapp al 622707625».

«Saturados, no, lo siguiente»

Los otros siete cachorros restantes aparecieron en otro contenedor situado en el R-66, muy cerca de la sede de la asociación de vecinos del barrio. Quienes dieron con ellos los trasladaron a la jefatura de la policía local y hasta allí se desplazó Laura Varaldi, responsable del Refugio. Los animales ya están a buen recaudo. Se trata de cachorros cruzados de perros de caza y si en las fotografías causan ternura, qué decir si se ven en vivo y en directo. Al cierre de esta edición, ayer una chica realizó dos adopciones entre los perros encontrados.

Pero la realidad preocupante es tozuda. Varaldi sabe mejor que nadie de lo que habla: «En esta época del año estamos saturados, no, lo siguiente. Es época de crías y abandonos y tenemos montones de camadas de perros y gatos. Solo en perros alcanzamos los 90 y desde mayo hemos recogido casi 72 gatos. Es de locura». ¿Y quién atiende a todos ellos? «Hay una sola chica trabajando y el resto son voluntarios, la mayoría chicas, seremos unas tres o cuatro personas», explica Varaldi.

El Refugio San Jorge solicitó al Ayuntamiento de Cáceres una obra para ampliar la perrera, sobre todo el área destinada a perros y gatos con la construcción de unas casetas de obra, que iba a costear el propio centro. Hubo problemas con la presentación de la documentación, que se ha remitido, pero aún no ha sido concedida la licencia necesaria.

El colectivo gestiona el refugio desde 2012. No funciona como residencia sino que su objetivo es fundamentalmente la de frenar el abandono con el impulso de las adopciones, un procedimiento sencillo que solo consiste en rellenar un cuestionario. El centro entrega el animal con la documentación necesaria y obteniendo el compromiso del adoptante de que castrará al animal antes de sus ocho meses de vida.

Pero las adopciones descienden y los abandonos aumentan. Decía Fermín Salvochea que «el amor por los animales eleva el nivel cultural del pueblo». Siguiendo esa máxima, y nunca mejor dicho, de cultura debemos estar caninos por estos lares.