Uno de los datos que destacan de la cuenta aprobada ayer es que en 2018 se dejó en prácticamente cero la deuda por las operaciones pendientes de aplicar en el presupuesto. Fue de solo 10.456 euros, una cantidad que contrasta con los 3,8 millones de euros de 2017 y con los más de cinco millones de ejercicios anteriores. Uno de los gastos que se tienen que afrontar con el remanente de tesorería o superávit son estas operaciones sin aplicación presupuestaria. Su eliminación permite destinar el remanente a otros gastos como reducir deuda o a inversiones. Otra cifra destacada de la cuenta es que la deuda por obligaciones pendientes de pago era a 31 de diciembre de 2018 de 14,9 millones. Este débito es independiente de la deuda por operaciones de crédito a largo plazo, que el pasado verano era de 13,5 millones de tres operaciones con bancos.