Cuando la maternidad se cruzó en la vida de Carolina, su trabajo en el mundo del marketing se complicó y su incompatibilidad le obligó a tomar una decisión. Se lanzó al emprendimiento. Sus hijos fueron la motivación y fuerza que necesitaba para llevar a cabo su proyecto, Hug&Clau, en honor a ellos. Lo que ella llama «reilusión» y el aprendizaje continuo son algunos de los pilares de su éxito.

-En la web asegura que se ha enamorado de su proyecto, ¿en qué consiste exactamente?

-Podría resumirse como una experiencia de compra que genera bienestar, siendo esta nuestra máxima principal. Cuidamos todos los detalles en nuestras tiendas para que la experiencia sea completa.

-¿Por qué decidieron emprender cuando todavía la crisis económica no había desaparecido y no era un buen momento para el mundo textil?

-Las crisis siempre suponen un cambio y el sector textil pasó por una situación muy difícil en aquel momento, por lo que era necesario cambiar y renovar el concepto con nuevas ideas. Conseguimos conquistar a un público cansado de malas noticias.

-¿Han pasado por momentos difíciles, cómo se superan?

-Este proyecto surgió al tener que replantearme mi vida, ya que mi trabajo de entonces (en el mundo del marketing y de los eventos) no era fácilmente compatible con mi maternidad. Y fue por Hugo y Claudia, Hug&Clau, por lo que nos atrevimos a lanzarnos a la piscina. La ‘reilusión’ constante es importantísima para cualquier empresario.

-¿Cómo surgió la idea de la tienda, y por qué con su hermano?

-Somos la cuarta generación dedicada al comercio en mi familia. Cuando fui madre y decidí emprender, dediqué un tiempo a descubrir qué quería aportar y con qué podría disfrutar, y fui madurando y dándole forma a este proyecto que me enamoró desde que lo ideé. Tuve claro desde el principio que quería hacerlo de la mano de mi hermano, se lo propuse y no dudé, comenzamos la aventura. No siempre hemos coincidido en todas las decisiones, pero el cariño prevalece sobre todo. Somos capaces de ponernos de acuerdo y remar por el objetivo común. Aun así, para evitar problemas tenemos una figura de mediador.

<b>-¿Cómo le plantan cara al resto de tiendas, en qué se diferen</b>cia su ropa del resto?

-Una de las principales diferencias es el trato al cliente. No queremos que ninguna se sienta como un número más que visita la tienda. Tenemos una filosofía, valores y misión muy concreta, muy nuestra. Estamos enfocados en el bienestar de la mujer y en fomentar el amor propio. Todo en nuestro proyecto gira en torno a eso. Cada empresa se diferencia por su esencia y la nuestra es preciosa.

-¿Qué es lo que tiene Hug&Clau para que siga teniendo éxito?

-Un concepto fresco que transmite energía positiva y fuerza, y colecciones únicas con un aire boho. No queremos caer en el aburrimiento de una marca que predica ‘buen rollo’, sino que buscamos transmitir unos valores de amor propio que creen una comunidad de mujeres que quieran practicarlos. Esto va mucho más allá que comprar ropa.

-¿Después de estos años de experiencia, qué es esencial para poder emprender, cambiaría algo si echase la vista atrás?

-Creo que resulta esencial tener un proyecto y sobre todo un ‘para qué’, claro; definir muy bien qué valor se quiere aportar a la sociedad y disfrutar del proceso para que la ilusión no se venga abajo tras el primer obstáculo. Es importante tener el deseo de mejora y renovación constante. De las equivocaciones o experiencias más negativas he sacado grandes lecciones.

-Quería demostrarle a Hugo y Claudia que el cariño y el trabajo son dos cosas imprescindibles para sacar adelante los proyectos, ¿son la razón de que todo esto empezase, le impulsaron, son valores que quiere transmitir y fomentar no solamente a sus hijos sino a través de la tienda?

-Sin duda ellos fueron mi impulso. Quería que vieran en mí que con trabajo y grandes dosis de cariño e ilusión se pueden lograr los objetivos que te propongas en la vida. El convertirme en un ejemplo para ellos ha sido una motivación para mí. Es importante para un emprendedor tener claras sus motivaciones y fuerza, y yo encontré la más poderosa. Estos valores, el trabajo y el cariño, nos esforzamos por transmitirlos a nuestras clientas y que se lo puedan aplicar a ellas mismas, que se traten con cariño, se quieran, se mimen, se respeten y trabajen de forma diaria en ello por conseguirlo. Queremos transmitir un mensaje muy claro de amor propio y empoderamiento de la mujer.

-El trato al cliente es indispensable, ¿cómo hacen ustedes para que las personas que van se sientan queridas y especiales?

-Tratamos de hacerlas sentir únicas, no como la enésima clienta del día. Nuestras chicas las atienden encantadas, ofreciendo asesoramiento personalizado. En muchas ocasiones se crea un vínculo muy cercano y las conocemos por sus nombres y sabemos sus gustos. También cuidamos el olor, el volumen de la música, la decoración de las tiendas, siempre persiguiendo el mismo objetivo: que la experiencia de compra transmita bienestar.