Un hostelero que ayer fue juzgado en la Audiencia Provincial por un presunto delito de tráfico de drogas aseguró que la droga que le intervino la policía era para su consumo. El 10 de febrero del año pasado, en un registró que se hizo en el bar que regentaba, Más Madera, situado en la céntrica calle Alzapiernas, se le intervino en la cazadora que vestía tres gramos de cocaína, pero el acusado, Diego R. J., declaró en el juicio que la droga "la habíamos comprado entre tres amigos para una fiesta, para nuestro consumo".

En cuanto al movimiento de personas que "acompañados por el acusado entraban a la cocina del bar y tras estar apenas un minuto salían, en muchos casos sin consumir nada" que los agentes indicaron en el juicio haber detectado durante su investigación, iniciado unos tres meses antes del registro, el acusado aseguró que eran obreros, "pues iba a hacer una reforma y venían a verla para darme presupuestos".

Para la fiscal encargada del caso quedó "sobradamente probado", tanto por las declaraciones de los policías como por el "cliente" que declaró como testigo protegido, que Diego R. J. "se dedicaba a vender cocaína en el bar Más Madera". Lo prueba, indicó, la droga que le intervinieron, "que según la policía es una cantidad elevada para ser destinada a autoconsumo"; los objetos y el dinero incautado en la cocina del bar, "que según la policía prueban la venta de droga"; y la declaración del testigo protegido, "que ha confirmado que el acusado, al que otro amigo le había dicho que se dirigiera porque vendía cocaína, le paso el medio gramo que la policía le intervino al salir del bar".

Pidió que se declare a Diego R. culpable de un delito de tráfico de drogas, agravado por ser en establecimiento público, y se le condene a 10 años de prisión.

La defensa, por su parte, alegó para pedir su libre absolución que contra él "no se han presentado pruebas, sólo indicios". Señaló, al respecto, que "no se le sorprendió haciendo transación alguna y no se ha acreditado que la droga que se le intervino no fuera para su consumo"; colaboró en todo momento con la policía; y no se le intervino ninguna balanza, "algo significativo, pues si se afirma que vendía debía necesitarla", concluyó.