El público llenó anoche el salón de actos del Palacio de Camarena, sede del Colegio de Arquitectos, para asistir a la presentación de la última novela del escritor extremeño Jesús Sánchez Adalid, titulada La sublime puerta , de Ediciones B (Grupo Z). Un marco idóneo para desgranar la nueva obra de uno de los autores más importantes del momento en el género de la novela histórica, aunque el propio Adalid prefiere verlo de otro modo: "He procurado que se lea sobre todo como un libro de aventuras, no como una obra seria de historia, aunque si no es la pura realidad, debe parecerse mucho", subrayó.

Adalid no quiso analizar el contenido de la obra para no desvelar ninguna clave --trata sobre la red de espías de Felipe II en Constantinopla--, pero ofreció una intensa disertación sobre el contexto en el que se enclava, el siglo XVI: "Por entonces existían en Cáceres grandes palacios, escudos y linajes, pero no por vanidad, sino por la necesidad de formar una sociedad fuerte y lista para la guerra ante el continuo temor al fantasma del Islam".

Un noble cacereño, Luis María de Monroy, protagoniza la novela en su cautiverio turco. Y de nuevo los viajes, un lugar común en la obra de Adalid. "Para mí la vida es una peregrinación continua en las circunstancias y el devenir de cada cual. Todos hacemos nuestro viaje, una metáfora en mis libros", señaló.

El autor confiesa que hay dos aspectos de la novela que le han sorprendido: "Los interesantes datos de la época que existen, y la variedad y diversidad de la cultura turca en el siglo XVI".