Hasta la aparición de Pronorba denunciando que otros se atribuían la propiedad de su suelo, el desarrollo en cuanto a la propiedad de los terrenos se presentaba con tres propietarios más la parte del ayuntamiento y el espacio reservado para la vía pecuaria. Este reparto es el que le vale al ayuntamiento, la administración que tramita el expediente para el desarrollo del suelo comercial.

El primer acuerdo para la constitución de la agrupación de interés urbanístico, el órgano que agrupa a los propietarios, se adoptó en 2007 e inicialmente se hizo con dos propietarios: la empresa Híper Tambo y los hermanos Guisado González. Después se unió Fernando Jiménez y por último lo hizo el ayuntamiento en un acuerdo que el pleno de la corporación adoptó en diciembre de 2017.

Es con esta agrupación con la que Bogaris, empresa especializada en parques empresariales, tiene un acuerdo para el desarrollo del suelo comercial. Según las referencias catastrales, Híper Tambo compró el terreno y la escritura se formalizó en marzo de 1998. Los hermanos Guisado González adquirieron el suelo por herencia en junio de 1992. Y Fernando Jiménez había obtenido su parte de una permuta, formalizándose la escritura en julio de 1998. El ayuntamiento aporta dos fincas. Una, de 5.033 metros cuadrados, obtenida por el desarrollo urbanístico de la zona en 1991. Y la otra, de 4.603 metros cuadrados, obtenida por el mismo sistema en 1994. Esta última aún no está inscrita en el registro de la propiedad, incumpliéndose la obligación que tiene el ayuntamiento de hacerlo.

J. L. BERMEJO