Milagros Jiménez tiene 36 años y lleva tres en el paro. Su vida laboral acumula experiencias en correos, un hipermercado y un restaurante. Su ilusión es volver a trabajar si puede en uno de los nuevos hoteles que se abrirán en la ciudad. Es rubia, educada y elegante. "A pesar de mi edad, creo que lo tengo difícil. Ahora se reclaman mujeres de menos de 21 o de entre 18 y 25", afirma.

Es una de las 15 mujeres que se forman en el centro Agueda, con la profesora María Victoria Miguel, como beneficiaria del curso de camarera de pisos en centros de servicios sociales y de auxiliar de ayuda a domicilio.

El doble aprendizaje ha consistido, para las camareras de pisos, en una introducción al turismo y la hostelería, a la limpieza y mantenimiento de superficies y mobiliario, junto a la puesta a punto de habitaciones y áreas de pisos. Las aspirantes de ayuda a domicilio se han especializado en higiene y seguridad personal.

Todas comenzarán su formación en prácticas en empresas a primeros de abril, "una puerta abierta" para poder cumplir el sueño de formar parte del mundo laboral que añoran.