Los tesoreros de las cofradías tienen estos meses un papel fundamental: hay que pasar las cuotas al cobro, afrontar el mayor gasto del año para poner a punto las procesiones, y cerrar el estado de cuentas de cara a las asambleas generales. Fernando Mariño ejerce este cargo en el Calvario (Estudiantes) y sabe lo que es dividir los fondos entre flores, velas, bandas, la publicación de la revista anual y sobre todo la donación periódica a las organizaciones asistenciales. "La informática ayuda, pero por ejemplo la mayoría de los hermanos no tienen domiciliada la cuota y el cobrador debe ir casa por casa", explica.