Alberto Durán vive la feria desde un bando muy diferente a la mayoría de los cacereños, es voluntario y vicepresidente de DYA y cada año se instala en el recinto para atender y ayudar a los ciudadanos. Pero él también fue pequeño y guarda con melancolía sus recuerdos de la feria cuando se celebraba en el barrio de Moctezuma.

--¿Cómo vive la feria?

--Ahora de voluntario con DYA. Llevamos varios años colaborando con el ayuntamiento con efectivos sanitarios y este año también con un punto de emergencia social para atender a los niños que sufren explotación infantil. En esta feria pondremos también a disposición del ayuntamiento y del 112 una ambulancia con médico y enfermero el jueves, viernes y sábado.

--¿Cuántos voluntarios habrá?

--Hacemos turnos de diez o doce personas. En total durante toda la feria participaremos entre 50 y 60 voluntarios.

--¿Tiene alguna anécdota?

--El año pasado atendimos a una mujer que estaba de parto. La trasladamos corriendo al hospital San Pedro de Alcántara y entró directa al paritorio. En general las ferias son tranquilas y hay pocas peleas.

--¿Recuerda la feria de Cáceres de pequeño?

--Cuando se ponía en Moctezuma, entonces la feria era todo un acontecimiento, ahora estamos más acostumbrados. Me gustaba una atracción en la que había unos patos que se cogían con una caña. De más mayor iba a las casetas y sobre todo he disfrutado de las cañas.

--¿Irá este año?

--Sí, el viernes, porque ahora tengo que compaginar el voluntariado con la familia. El viernes llevaremos a mi hija.