Alborada, Pinar y Rondeña. Estos son los nombres de las últimas tres calles que quedan sin pavimentar en el barrio Angelita Capdevielle. La mejora del acerado y de la calzada formaban parte de la tercera fase de acondicionamiento de infraestructuras, prevista para el 2008 pero que aún no se ha llevado a cabo. Sin embargo, la primera y segunda fase concluyeron hace ya algunos años. Muchos de los vecinos reclaman el inicio de las obras puesto que las tuberías de esas calles son demasiado antiguas y no se han cambiado desde el 72, año en el que se entregaron las viviendas.

El presidente de la asociación vecinal desde hace 25 años, Antonio Rodríguez, denuncia que desde 2008 tienen en el ayuntamiento los planos del proyecto, pero que no sabe por qué no se han iniciado las obras. "Necesitamos estas mejoras, es una espinita que llevo clavada como presidente porque siempre he elevado las quejas de mis vecinos al ayuntamiento".

La barriada está formada por 296 viviendas distribuidas en unos 20 bloques y la mayor parte de los vecinos son ya mayores, por eso necesitan que sus calles sean transitables y accesibles a personas con dificultad de movimiento. Por otra parte, los pisos no cuentan con ascensor y algunos ancianos han tenido que permanecer en sus casas sin salir esperando que alguien les ayude o les dé una solución.

Una de las vecinas recuerda que la mayoría de vecinos del barrio son jubilados y precisan que el barrio esté en condiciones aceptables. Las reivindicaciones ya están en manos de la alcaldesa, Elena Nevado, y los vecinos confían que con el cambio de gobierno se les escuche. Saben de las dificultades de las arcas municipales, pero esperan que desde la Concejalía de Fomento, que lidera Jorge Carrasco, se acometa cuanto antes este proyecto.