Casi sin querer se nos ha pasado un año natural. Es tanta la rapidez y el vértigo que te da miedo mirar para atrás, pero... es necesario, es saludable y enriquecedor el rememorar la historia de cada uno. Si no pudiéramos repasarla ¿para qué nos valdría la memoria? Esta dimensión del ser humano es tan importante como otras.

En los 365 días pasados ha habido muchos acontecimientos que ya marcarán para siempre la vida de cada uno. El rompecabezas de nuestra personalidad, si tiene el equilibrio que tiene que tener, se encargará de colocar esas piezas donde a cada una le corresponda, en su sitio preciso, pero si no es así, tendremos un problema.

Se me viene hoy a la mente el recuerdo de aquella noticia de mediados de abril, cuando veíamos las imágenes del incendio de Notre Dame, ese lugar símbolo de una realidad que supera la época en que construyó, y que ahora algunos intentan borrar de la historia europea como si eso fuera fácil. Bueno, no sé si será fácil o no, pero esa ofensiva va dando sus frutos.

Estos días oí que las navidades pasadas han sido las únicas, desde la Revolución Francesa, en las que en esa iglesia no se ha celebrado la Eucaristía de dicha jornada.

Las imágenes de ese templo en llamas me recuerdan a aquella pintada aparecida en los muros de algunas de nuestras iglesias, que esconden en el fondo una actitud bastante miserable.

También me recuerdan a otros incendios que la Iglesia del Papa Francisco está intentando apagar con medidas impensables en otros tiempos no muy lejanos. La reunión en el mes de febrero de todas las Conferencias Episcopales del mundo para tratar el tema de los abusos, o la reciente desaparición del secreto pontificio en todos los procesos que tienen relación con el tema, han sido decisiones verdaderamente excepcionales, acciones que quieren afrontar el problema como es debido, con la transparencia y la valentía que son necesarias e imprescindibles.

El pesebre de Belén que hemos y estamos visitando tanto estos días nos da la pista de lo que es la auténtica Iglesia, y al contrario, nos indica también lo que no es ni por asomo.

La noticia que la semana pasada os indicaba que estábamos esperando, cuando leáis esta mirada, ya se habrá producido, la comentaremos y tendremos tiempo de hablar sobre ella.

¡¡¡Feliz 2020!!!