TCtada día en los informativos recibimos inmensidad de malas noticias, sobre esta misma página tanto web como de papel, nos llegan infinidad de noticias desagradables, duras, estafas, corrupción, violencia... No sé si a usted, estimado lector, le sucede igual, pero el caso es que me afecta y me produce dolor, desazón, desesperanza y contrariedad. Me genera malos sentimientos, odios, depresión.

Ante tal torrente de informaciones negativas, me planteo si ir a un psicólogo, alguien experto y ducho en la materia que me ayude a entender la causa de todos los problemas y que me explique para qué están ahí.

Me gustaría saber hasta que punto soy responsable de todos estas preocupaciones que vivimos a diario. El asunto es que esta terapia necesita ser sufragada con dinero, y claro, ¿A quién le reclamo los honorarios que ha de recibir mi psicólogo? ¿A la sociedad? ¿A los políticos? ¿A los bancos? ¿A los empresarios? ¿A los medios de comunicación?

Los medios, la publicidad favorecen la idea de un ser que no se derrumba, que no tiene sentimientos, y es capaz de conseguir cualquier cosa, que ante todo y sobre todo está él primero que nadie. Un mundo donde se apuesta por la competitividad, la agresividad y la aniquilación del oponente. Es más, no sólo del oponente sino también del compañero para nuestro beneficio personal y no el beneficio común.

Así es normal que estemos en crisis. La sociedad es un colectivo y por mucho que nos digan o nos cueste tenemos que buscar el apoyo mutuo.

Yo espero tener una vida sana y libre de problemas, no estoy diciendo mirar hacia otro lado, me gustaría poder tener una solución a todo ello y que entre todos resolvamos todas las dificultades, al fin y al cabo, lo bueno de los problemas es que tienen solución, el asunto es dar con ella.