El colegio de arquitectos ha recurrido el proceso de licitación para redactar el anteproyecto de la segunda fase del nuevo hospital porque estima que las bases no se ajustan a los criterios de calidad profesional que debería reunir un concurso de estas características. La principal discrepancia es que se valora como un criterio de calidad el hecho de que se reduzca el plazo de redacción del documento, fijado en el pliego en cinco meses. «Consideramos que este es un proyecto importantísimo por su envergadura y porque se trata de un edificio de uso hospitalario pero, para hacer un trabajo serio como es este, reducir el plazo no es un criterio de calidad», explica el decano del colectivo, Juan Antonio Ortiz.

Tampoco comparten el peso que adquiere la oferta económica en el concurso, al que concurren dos empresas (la Unión Temporal de Empresas Andrés Perea Ortega y Rubén Cabecera Soriano y Estudio Chile 15). En realidad se ajusta a la legalidad porque se otorgan 49 puntos del total a este criterio, pero critican que sea el máximo permitido en este tipo de proyectos. «Se han ido al máximo de la oferta económica y en estos proyectos deben primar los criterios de calidad por encima de los económicos», aclara el decano del colegio. En el recurso muestran su rechazo además a que ningún miembro de la mesa de contratación sea titulado en arquitectura, lo que va a suponer que los proyectos que se presenten no van a ser evaluados por ningún arquitecto. Proponen así que se nombre una comisión técnica (un recurso amparado por la Ley de la Ordenación de la Edificación) que ofrezca esa calidad técnica que estiman que se necesita.

Muestran su rechazo también a que, para poder presentar los trabajos, se exija que el profesional haya redactado proyectos de más de 20 millones de euros en la región, lo que limita el acceso a un gran número de arquitectos. «Según esto el abanico es reducidísimo, más si tenemos en cuenta la época de crisis. Deja fuera a casi todos», insiste el presidente del colegio. Los dos licitadores han sido adjudicatarios de proyectos relacionados con la sanidad en la región. Uno de los miembros de la Unión Temporal de Empresas, Andrés Pera, participó en la redacción de la primera fase del nuevo hospital cacereño y la otra en la del complejo Don Benito-Villanueva.

NO COMPARTEN LOS HONORARIOS/ Tampoco están de acuerdo con que el presupuesto de licitación sea de 64.000 euros porque estima que no se ajusta la realidad de la tasación de costas y honorarios. «En el pliego hacen referencia a que el precio se ajusta a la tasación de costas del colegio pero no es verdad. Se trata de un edificio de 36.000 metros que hay que encadenar a otro edificio ya construido por lo que tiene una gran complejidad por lo que creemos que no son los honorarios adecuados para garantizar un trabajo como este» añade Juan Antonio Ortiz.

La redacción del anteproyecto va a sentar las bases para la construcción de la futura segunda fase que costará más de 75 millones (redactar el proyecto serán casi 4 millones de euros). El recurso de presentó el pasado 14 noviembre y en estos momentos está siendo evaluado por los servicios jurídicos de la Junta de Extremadura. El Servicio Extremeño de Salud (SES) asegura que esto no va a suponer un retraso en la licitación, que prevén tener cerrada en el mes de enero.