María Delgado no tiene ningún producto financiero de riesgo, pero la caída de Bankia y sus consecuencias, como la intervención por parte del Estado y la inyección económica procedente de Europa, también han dejado huella en esta joven que espera desde el pasado noviembre para poder entrar en su piso. Y todo porque cuando la entidad debía tramitar su hipoteca fue cuando llegó la inyección económica de Bruselas y con ella la orden de paralizar todas las operaciones pendientes. "Primero nos dijeron que los pisos nos los entregaban en noviembre. Después lo pospusieron hasta diciembre y nos informaron de que entre el 10 y el 14 de diciembre firmábamos la hipoteca", cuenta.

Con esa planificación ella se veía comenzando el año en su nueva casa, uno de los pisos del bloque de viviendas construido por Ferrovial en El Junquillo. Pero continúa en el piso de alquiler que cogieron a finales del 2011 con la idea de que sería algo temporal y las perspectivas de que en unos meses podrían estar en su casa. "No puedo pasar por allí porque se me caen las lágrimas. Y nadie me da una solución, por mucho que he preguntado desde diciembre, tanto en la entidad, como en la Consejería de Vivienda y en la propia constructora", asegura.

Montaña Delgado y su pareja, Carlos Enríquez, llegaron casi de casualidad a esta promoción de viviendas. No resultaron adjudicatarios en el sorteo inicial, pero con las renuncias posteriores acabaron llamándoles para acceder a uno de los pisos. Ambos tienen trabajo y contratos estables y se les ofreció la posibilidad de elegir entre dos tipos de viviendas del mismo bloque, una financiada por Caja Extremadura y la otra por Bankia. Al final se decantaron por la de Bankia, porque las condiciones que les ofrecían allí les parecieron más ventajosas. Hasta que la entidad se vino abajo y llegó la intervención de la misma.

Más casos

"Mi hermano tiene un piso en el mismo bloque y también tiene la hipoteca con Bankia", cuenta. Pero a diferencia de ella, él consiguió suscribirla un día antes de que la entidad recibiera la orden de paralizar todas las operaciones. "Ya le están empezando a montar la cocina", dice sobre los avances en ese caso, "y yo sigo esperando a que me digan algo, con todos los muebles comprados", se queja. De hecho, de las 260 viviendas de este edificio, solo algunos de los que tienen la hipoteca con Bankia están en esta situación. "La entidad nos dice que no somos los únicos, hay entre 8 y 10 casos", afirma. Lo cual tampoco le parece consuelo. "Me parece irreal lo que estoy viviendo", concluye.