El autor del atropello a un agente de la Policía Nacional, hecho ocurrido el lunes 28 de febrero durante una operación contra el tráfico de drogas llevada a cabo en la avenida de la Universidad, ha sido condenado por una causa anterior, también por drogas. Por esta causa, derivada de su detención en mayo del año pasado, Luis Bello Nicio, cacereño de 60 años, fue juzgado el pasado 22 de febrero en la Audiencia Provincial, que le ha declarado autor de un delito contra la salud pública (tráfico de drogas) y le ha impuesto una condena de 4 años y 5 meses de prisión, y 3.000 euros de multa.

Precisamente esta misma cantidad, 3.000 euros, fue la fianza que Luis Bello pagó el pasado viernes para salir de prisión, donde había ingresado el día anterior tras decretar su ingreso en prisión provisional bajo fianza de 3.000 euros el juez que instruye la causa por la operación antidroga con atropello a un agente de la autoridad. Recordar que por esta causa se encuentran en situación de libertad provisional su mujer y una hija de 19 años, y en prisión provisional sin fianza su cuñado Juan Carlos L.

HECHOS PROBADOS Sobre los hechos del pasado 28 de febrero habrá de esperarse a que culmine la instrucción de la causa para determinar si Bello es o no culpable, pero de lo que sí se le ha declarado ya culpable, y condenado, es de un delito de tráfico de drogas cometido hace algo menos de un año.

Según declara la Audiencia probado en su sentencia, hecha pública ayer, Luis Bello fue sorprendido por agentes del Grupo de Estupefacientes de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Cáceres, la tarde del 21 de mayo del 2010, cuando se disponía a hacer una venta de droga en el recinto ferial, hasta donde se había desplazado desde su domicilio, en la zona de La Cañada, tras recibir una llamada telefónica de un comprador.

Eran aproximadamente las 18.45 horas cuando detuvo su motocicleta en la zona en la que se encuentra la ITV para dirigirse a una persona que le estaba esperando, "pero al darse cuenta de la presencia policial el acusado arrojó al suelo dos papelinas que llevaba en una mano para entregar al comprador, al tiempo que con la otra lanzaba a unos arbolitos cercanos un monedero que contenía otras 25 papelinas". También le encontraron los agentes, en el "cacheo superficial" que le realizaron en el mismo lugar, una papelina que llevaba en el bolsillo del pantalón "y de la que no había tenido tiempo de desprenderse".