El ayuntamiento cerró 2019 con 4,8 millones de euros pendientes de ingresar de sus cinco impuestos, la mayor cantidad es del IBI, con 2,3 millones, aunque es también del que más se recauda, con 19,8 millones, cifra que fue casi la tercera parte de todos los ingresos que el ayuntamiento obtuvo el pasado año. Del impuesto de Construcciones quedaban sin ingresar al cierre del año 1,3 millones, más de la mitad de los 2,1 reconocidos por este tributo. Estas cantidades no ingresadas pasan a vía ejecutiva para su cobro.

Estos números forman parte de la cuenta general del ayuntamiento y de sus organismos autónomos que hoy se verá en la comisión informativa de Economía y Hacienda. El ayuntamiento recaudó el pasado año 63,8 millones, quedando por ingresar al cierre del año 6,4 millones, de los que la mayoría son de los cinco impuestos que tiene el consistorio. Además de las cantidades de los dos citados, también faltaban 404.828 euros del impuesto de vehículos, 577.678 de la plusvalía y 285.396 del IAE. Tampoco se habían ingresado al cierre del año los 371.103 euros de la subvención que el Ministerio de Hacienda da para el autobús urbano. Y lo mismo ocurría con parte de la participación del ayuntamiento en el fondo regional de cooperación, quedaban sin ingresar 430.000 euros.

En cuanto a los gastos, el ayuntamiento realizó el pasado año pagos por valor de 65,9 millones, quedando pendiente de abonar obligaciones por valor de 6,9 millones, entre éstos está los que se adeudaba a empresas que tienen contratos de concesión como jardines (370.000 euros), limpieza viaria (463.707 euros), limpieza y conservación de edificios (204.268) y autobuses urbanos (489.593).