El ayuntamiento mantendrá el contrato con la Fundación Mercedes Calles para la explotación de la cafetería de San Jorge, ubicada en tres locales de titularidad municipal, a pesar de la condena por un delito contra la intimidad al que fuera su director, Luis Acha.

El asunto llegó ayer al pleno municipal a través de una pregunta de la concejala de Unidas Podemos, Consuelo López, quien reprochó al alcalde, Luis Salaya, «la falta de firmeza y la poca contundencia del ayuntamiento a la hora de pronunciarse» sobre el tema. Salaya no le dejó terminar su exposición y la interrumpió antes de que finalizase su pregunta: «La relación de la fundación con el ayuntamiento debe seguir siendo la misma, desde luego el comportamiento de Acha, que ya he calificado como repugnante, no es extensible ni legalmente ni familiarmente a la fundación, por tanto, la relación seguirá siendo la misma», insistió el regidor cacereño.

Días antes, en declaraciones a los medios de comunicación, el alcalde ya había reprochado el comportamiento del que fuera director de este organismo (dimitió dos días después de que se hiciera pública la sentencia condenatoria), pero incidió en su deseo que este hecho no afecte a la reputación de la fundación, porque realiza «una «importante labor para la difusión de la cultura» en la ciudad.

Cabe recordar que el Juzgado Número 1 de lo Penal condenó Luis Acha a dos años de prisión por un delito continuado contra la intimidad, en su modalidad de captación de imágenes por artificio técnico. Según ha reconocido el autor al juzgado, ya que la condena se puso por acuerdo entre las partes, lo que implica aceptar los hechos, grabó a cuatro modelos desnudas sin su consentimiento. Para ello había escondido una cámara en el vestuario. Deberá indemnizarlas con 2.000 euros a cada una y se le impone una orden de alejamiento de cuatro años.

En cambio esto no afectará a la relación que la fundación mantiene con el consistorio y seguirá, por tanto, explotando la cafetería de la plaza de San Jorge. En estos momentos se encuentra en obras para ser ampliada. El establecimiento se abrió en 2015, pero solo ocupaba dos de los locales de la plaza. El tercero, el único que seguía abierto con un histórico negocio de ‘souvenirs’ (llevaba abierto 49 años), es el que se une ahora.

La negativa de su arrendataria a marcharse, tras finalizar el plazo del alquiler municipal en 2014, la llevó a litigar en los tribunales contra el ayuntamiento a lo largo de cinco años, hasta que el Tribunal Supremo emitió en marzo de 2019 un auto en el que inadmitía el recurso de casación de la comerciante. La tienda ya había sido desalojada en septiembre de 2018. La nueva ampliación, que forma parte del proyecto diseñado por el estudio de arquitectura de Manuel Herrero, comenzó el pasado mes de mayo, pero se ha visto retrasada por la crisis sanitaria.