El plan director para la mejora del transporte colectivo en Cáceres, elaborado por Subus (empresa concesionaria de los autobuses), propone fusiones de líneas, aumentos de frecuencia, creación de carriles bus y otras medidas que en principio cuentan con el apoyo de las barriadas que más dependen de este servicio. Pero los colectivos vecinales consideran que se queda corto y piden mayores cambios, incluso en zonas como Mejostilla y Santa Lucía (Aldea Moret) lamentan que no se recojan sus demandas por la lejanía de las paradas o la necesidad de hacer transbordos.

Este documento de casi 200 páginas fue presentado el miércoles a los grupos políticos y técnicos en la Mesa del Transporte Urbano, que en próximos encuentros decidirá qué medidas se incorporan y cuáles no, ya que no pueden incrementar el coste del servicio (los autobuses vienen generando un déficit de 3 millones cada año). Por tanto, de momento son solo propuestas. El plan recoge cambios en 8 de las 12 líneas y otras mejoras que beneficiarían a todas ellas recortando la frecuencia de paso, como la creación de carriles bus en Cánovas y Primo de Rivera, la intervención en seis puntos por donde el paso del transporte se hace complejo (problemas viarios, de circulación...) y un sistema que priorizaría el avance de los autobuses en los semáforos.

Por ejemplo, con estas ventajas, la línea 1 (Galarza-Aldea Moret) reduciría su frecuencia de paso de 12 a 10 minutos, ganando 16 servicios más al día. Es un avance en tiempo, pero no en distancia para todos, porque los vecinos de Santa Lucía tendrán que seguir caminando "hasta un kilómetro en los peores casos para llegar a la parada más cercana en la calle Río Tíber", precisa Marco Antonio Leiva, presidente vecinal. La otra línea que pasa por el barrio, la 8, también está en un extremo (avenida de la Constitución). "Nos hemos quejado por activa y por pasiva, la edad media aquí es muy alta, tenemos muchos mayores de 60 años y no pueden andar tanto con frío, lluvia y calor", relata. Tampoco existen marquesinas que protejan algunas paradas, por lo que el barrio pide su restitución y más vigilancia policial en aras a evitar que sean dañadas.

ESCUCHAR A LOS VIAJEROS En Mejostilla tienen la misma opinión: "Bienvenidas sean todas las mejoras, pero hay que tomarse el plan en serio y escuchar a los viajeros", declara el presidente, Jacinto Mellado. En concreto, la línea 2 (Mejostilla-Espíritu Santo) viene reforzada en el plan con un autobús más, que reduciría la frecuencia de tránsito de 13 a 10 minutos por la mañana, y de 15 a 12 por la tarde. La línea 8 (Poblado Minero-Cáceres el Viejo) quedaría como está tras ligarse en 2015 con la línea 10. Precisamente, Jacinto Mellado afirma que dicha fusión les ha "perjudicado mucho" y pide que se retome la antigua línea 9, que unía Mejostilla con el oeste de la ciudad (Cabezarrubia, Castellanos, Vivero...), "donde trabajan bastantes vecinos de la zona que se han quedado sin conexión directa".

También denuncia los transbordos que deben realizar los escolares para ir cada mañana al IES Universidad laboral: "Llegan hasta Pinilla en la línea 2 y allí cogen el primer autobús del campus que tiene hueco, o van a pie si se quedan en tierra a las ocho de la mañana", lamenta Mellado. "Ni se arregla este asunto ni construyen un instituto en el barrio, que registra la mayor población juvenil", matiza.

La línea 2 tienen el otro extremo en Las 300, donde valoran positivamente la reducción de la frecuencia de paso a 10 minutos. "Es de agradecer, aquí vive mucha gente mayor que depende del autobús, pero las mejoras serían completas si pusiesen otra parada en la rotonda del Sepei, bien en la línea 2 o bien en la 5, porque hay ancianos que deben caminar mucho", subraya el presidente, José María Montealegre.

Otro de los mayores cambios plantea la fusión de tres líneas: la 4 (Múltiples-Ceres Golf), la 9 (Macondo-Avenida de España) y la 40 (Valdesalor), pedanía donde además habría autobuses los finen de semana. "En principio y sin conocer los detalles, parece bueno para La Cañada: ganaríamos 10 minutos en la frecuencia de paso (el autobús pasaría cada 30 minutos) y estaríamos comunicados con otras zonas", señaló ayer Oscar García, responsable vecinal de esta barriada.

Sonia Castro, representante de Nuevo Cáceres, otro de los distritos incluidos en la línea 4, valora los avances pero va más allá en su reflexión: "El transporte público es un problema en Cáceres porque lo utiliza muy poca gente, hay preferencia por el vehículo privado y mantener una línea resulta carísimo. Hasta que no haya un cambio de mentalidad no habrá más viajeros, más frecuencia de paso y mejor servicio. Es un círculo vicioso", explica.

NUEVO VIAL Y GLORIETA La fusión de estas tres líneas beneficiaría al Junquillo, aunque el plan recuerda que habría que construir la conexión con Macondo y una glorieta en el cruce de Dalia y Amapola para permitir el giro del bus, justo en el punto que venían proponiendo los vecinos para evitar un recorrido mayor. "Estos cambios entran dentro de lo que planteamos hace tiempo. Nos vendrán bien a los barrios de la zona", indica Carlos Luengo, representante de El Junquillo.

Por su parte, la línea 7 tendrá cambios de recorrido y se ampliará hasta Torre de Floripes. Rosa de Lima, presidenta de Maltravieso-Casa Plata, aplaude estos ajustes y vería muy positiva la incorporación de paneles digitalizados sobre la frecuencia de paso, así como la instalación de marquesinas, pero es consciente de las limitaciones y además cree que debe haber un cambio integral: "Cáceres necesita una reestructuración real del autobús. El movimiento vecinal ya ha entregado estudios. No es lógico, por ejemplo, que las líneas 2 y 7 coincidan en esta zona", subraya.