Belén Esteban ¿ha escrito? un libro que se llama Ambiciones y Reflexiones . Hasta ahí todo correcto. Estamos en un país libre en el que todo el mundo puede escribir lo que le parezca oportuno, los editores pueden apostar por lo que crean conveniente y los lectores tenemos un amplio catálogo en el que seleccionar nuestras lecturas preferidas. Lo más tremendo del asunto es que, según dicen, va por la cuarta edición y ya está en números de best seller.

No estoy sorprendido -aunque sí un poco desazonado lo reconozco- por comprobar el tirón editorial de esta chica; al fin y al cabo, tal número de ventas es un fiel reflejo del número de seguidores de sus programas televisivos. Bien pensado, en esto consiste la libertad, en que usted pueda seleccionar el dial que más le guste o comprar el libro que más le apetezca sin dar explicaciones a nadie. Debe ser una paradoja, no obstante, que esta noticia de la inefable Esteban haya coincidido con la entrega de la medalla de la ciudad de Cáceres al Periódico Extremadura. O quizá, es que la actualidad nos ofrece una de cal y otra de arena para que no caigamos en el desánimo. Sea como fuere, si usted asistió al acto celebrado en el Gran Teatro -un acto sencillo pero elegante y formal- seguro que disfrutó con las actuaciones musicales o con la formalidad de las intervenciones. Y por encima de todas ellas, debo decir que en mi opinión, el discurso del Director de este periódico, Miguel Angel Muñoz, fue sobresaliente.

No sé qué pensará usted, pero yo creo que en estos tiempos en los que Belén Esteban es líder de ventas, encontrar un texto que tenga solidez y claridad en lo lingüístico, sencillez y emoción en lo literario, y rigor y orden en el contenido no es muy frecuente. Más insólito aún es conseguir que un auditorio tan heterogéneo aplauda puesto en pie durante tanto tiempo una intervención de este tipo, como si de un mitin político se tratara, en el que el personal ya va predispuesto a creer y a vitorear. Esos largos aplausos, sin embargo, me reconfortan y me devuelven la esperanza que me quita la lista de libros más leídos del momento. No está todo perdido si todavía hay gente que es capaz de apreciar la belleza y la consistencia de un discurso bien hecho. Porque mientras haya personas capaces de emocionarse con un libro, una canción, una pintura o un orador, Belén Esteban solo será una anécdota prescindible.