Cáceres y Womad vuelven a reencontrarse al calor de la ciudad medieval, del sonido entre las piedras, del soul y la rumba, de la copa y el calimocho, del djembe y el cajón, del sol de mayo que vuelve para la gran cita del color. La decimosegunda edición puso ayer la plaza y San Jorge a reventar desde media tarde, con ocho conciertos en siete horas de mucha calidad sobre los escenarios, también de mucho botellón , de mucho de todo porque Womad es Womad, "el gran festival que queda en España". Lo dijo ayer la conocida periodista, poeta y música Silvia Grijalva, y lo repitieron algunos artistas llegados desde distintas partes del mundo para la primera gran jornada del certamen.

Cuentan que la World Music (música del mundo) es el futuro, y cuentan que Cáceres es una de sus grandes sedes. Pasión no falta. No hay duda. Un minuto del concierto que anoche ofreció The Dhol Foundation en la plaza Mayor basta para explicarlo. Es de esos momentos que muchos llevarán en su memoria vengan de donde vengan o vayan donde vayan. Los artistas británicos, a cuestas con sus grandes tambores hindúes sobre el escenario, hicieron vibrar literalmente el pavimento de granito con su potente percusión fusionada con música electrónica, reggae y música irlandesa. Antes del concierto, Johnny Kalsi había explicado que su música transmitía una energía especial. No exageró. "Please, enjoy yourself" ("Por favor, pasadlo bien") pidió en la primera canción. Y el público le hizo caso sin pensarlo dos veces.

Pero el festival dio ayer mucho más de sí. Con solo moverse de la plaza Mayor a San Jorge era posible introducirse en la música de seis países diferentes. La actriz Pilar Ordóñez, encargada de leer este año el manifiesto ante una plaza abarrotada, así lo entendió: "¡Buenas noches, Cáceres; buenas noches, Mundo!", dijo al empezar, recordando los 22 años de encuentros "directos y genuinos" con las culturas del planeta. Dedicó unas palabras muy especiales a Mali, tierra de "enormes músicos", por su complicada situación actual.

Precisamente sobre Africa, sobre su sabor y su olor, sobre su música y sus colores, cantó ayer la portuguesa Carmen Souza en el primer concierto de Womad 2013 en San Jorge. Era uno de los mayores atractivos del cartel y nada más comenzar la actuación se hizo evidente. Con su voz sensual y seductora, llena de registros, se llevó al público de la mano a través de sus ritmos de Cabo Verde e hizo que todo San Jorge siguiera las suaves letras portuguesas que sacan los bueno y lo malo de la vida.

MULTITUD A esas horas, ya anocheciendo, era complicado moverse por la zona Womad . De hecho, desde las siete de la tarde se hacía muy lento avanzar hacia la plaza dada la riada humana que bajaba por Cánovas, San Antón, San Pedro... Muchos jóvenes cargaban con grandes garrafas de agua mineral llenas de calimocho, la bebida oficial del certamen, y así pasaban la barrera policial que impedía el acceso con cristal.

En la plaza Mayor, el grupo extremeño Los Alienígenas fue el encargado de descorchar la edición 2013 con la alegría de su rumba-pop. Ya tocaron en Womad 2008, "pero entonces estábamos nerviosos y hoy sí queremos disfrutarlo, venimos a reventar", explicó quince minutos antes de salir a escena Mario (percusión). Arrancaron con su tema de presentación, Bienaventurados , y ya no hubo dudas ni temores: los diez artistas se vinieron arriba.

Tras ellos actuaron otros extremeños, el grupo Find Emma, que ofreció el primer folk del certamen en este caso aderezado con country. "Después de la maternidad de las dos mujeres del grupo, venimos con muchas ganas", confesó Fernanda Valdés horas antes del concierto en rueda de prensa en el hotel Don Manuel. Al filo de las ocho de la tarde acariciaba las teclas de su acordeón encantada de volver a reencontrarse con Womad.

A las diez de la noche le llegó el turno a otro de los recomendados de la edición, Hanggai, una banda de pop punk capaz de fusionar la música mongola y china con el rock & roll. De nuevo, San Jorge hasta la bandera. Su directo es tan bueno que hoy repetirán en el mismo escenario, esta vez en formato taller.

SIN INCIDENTES A partir de las once de la noche estaban previstos otros tres conciertos. En la plaza tomaba el relevo Bassekou Kouyate, el genio del ngoni (precursor del banjo), acompañado de su banda, con un repertorio propio de su región, Segou (Mali), lugar donde nació el blues según Taj Mahal. Si Cáceres ya había aprendido a esas horas el sonido de dhol, entonces aprendió el del ngoni, un pequeño instrumento de tres, cuatro, cinco y hasta siete cuerdas utilizado en Africa occidental.

A medianoche, el grupo de origen colombiano La Chiva Gantiva tenía programado su concierto en San Jorge, y Niño Josele a partir de la una de nuevo en San Jorge. Al cierre de esta edición, la Jefatura de la Policía Local informó que todo marchaba según lo previsto, sin incidentes de consideración, y que miles de personas (difícil de cuantificar a esas horas) ocupaban la zona.